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¡Increíble descubrimiento! La antigua presa de Siloé, la mayor de Israel y de hace 2800 años, revela cómo los habitantes de Jerusalén enfrentaron la sequía y las inundaciones en la Edad de Hierro

Escrito por radioondapopular
agosto 30, 2025
¡Increíble descubrimiento! La antigua presa de Siloé, la mayor de Israel y de hace 2800 años, revela cómo los habitantes de Jerusalén enfrentaron la sequía y las inundaciones en la Edad de Hierro

Descubren la antigüedad y magnitud de la presa de Siloé en Jerusalén

Restos de la antigua piscina de Siloé, hallados en 2004, revelan que la presa construida en esa zona fue la más antigua y de mayor tamaño jamás encontrada en Israel, con unas dimensiones aproximadas de 14,9 x 14,4 x 6,3 metros (Wikipedia). Este descubrimiento ha sido posible gracias a un estudio reciente realizado por expertos del Instituto Weizmann de Ciencias, uno de los centros de investigación más prestigiosos en ciencias naturales y exactas, ubicado en Rejovot, Israel.

Este análisis, llevado a cabo por un equipo multidisciplinario, revela detalles sorprendentes sobre las soluciones ingeniosas que adoptaron los habitantes de Jerusalén durante la Edad de Hierro, hace más de 2800 años. En ese período, la ciudad enfrentaba un clima impredecible, caracterizado por sequías prolongadas y lluvias intensas que provocaban inundaciones repentinas.

## La respuesta de Jerusalén a los desafíos climáticos

Para hacer frente a estos cambios, los líderes de Judá, probablemente bajo el mando del rey Joás o su sucesor Amasías, diseñaron una estrategia de ingeniería a gran escala. Su objetivo era proteger la principal fuente de agua de Jerusalén, el manantial de Gihón, y gestionar eficientemente los recursos hídricos. Para ello, se construyó una presa monumental en Siloé, que permitía redirigir las aguas hacia un depósito artificial, conocido como el estanque de Siloé, que además captaba agua de lluvia.

Este sistema de gestión hídrica fue fundamental para garantizar el suministro de agua en tiempos de sequía y para proteger la ciudad de las inundaciones. La construcción de la presa evidencia un avanzado conocimiento técnico y planificación urbana, que refleja la importancia de la infraestructura en la supervivencia y fortaleza de Jerusalén en aquella época.

## La datación y análisis del hallazgo

El estudio, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), fue realizado por la Unidad de Arqueología Científica del Instituto Weizmann en colaboración con la Autoridad de Antigüedades de Israel. Gracias a métodos microarqueológicos y a la datación por radiocarbono, los investigadores lograron precisar que la presa fue construida entre los años 805 y 795 a.C. Este rango temporal, excepcionalmente preciso, constituye un récord en la datación de restos arqueológicos antiguos.

Para contextualizar aún más el hallazgo, los científicos integraron datos climáticos provenientes de núcleos del Mar Muerto, estalagmitas de la cueva de Soreq y registros de actividad solar, analizando la influencia de estos factores en la formación de isótopos radiactivos. La evidencia indica que la presa fue parte de un sistema hídrico integral, diseñado estratégicamente para afrontar las adversidades del clima en aquella época.

“Nuestros descubrimientos muestran una planificación urbana avanzada para gestionar los recursos hídricos en Jerusalén en el siglo IX a.C., lo que demuestra la fortaleza y organización de su civilización,” comentan los autores del estudio.

## Conclusión y relevancia del hallazgo

Este avance en la investigación arqueológica no solo confirma la antigüedad y tamaño de la presa, sino que también aporta una visión más clara sobre las capacidades de ingeniería y organización social de Jerusalén en esa época. La precisión en la datación y el análisis climático permiten entender mejor cómo las antiguas civilizaciones enfrentaron los desafíos ambientales y adaptaron sus ciudades para sobrevivir.

La profesora Elisabetta Boaretto, quien lidera el Centro Helen y Martin Kimmel de Ciencias Arqueológicas en el Instituto Weizmann, destaca que estos hallazgos son un testimonio del ingenio y la planificación de los antiguos habitantes de Jerusalén, evidenciando la complejidad de su sistema urbano y su manejo del agua en medio de condiciones climáticas adversas.

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