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¿Qué impacto tendría la IA en el crecimiento económico global?

Escrito por radioondapopular
julio 26, 2025
¿Qué impacto tendría la IA en el crecimiento económico global?

Si la inteligencia artificial (IA) provocara un crecimiento económico mundial explosivo, tanto los mercados de bienes, servicios y activos financieros como el mercado laboral experimentarían cambios radicales. Históricamente, la economía global apenas crecía durante siglos, con una tasa promedio del 0,1% anual en los 17 siglos previos a 1700, lo que hacía que la producción se duplicara casi cada mil años. La Revolución Industrial cambió esa tendencia, multiplicando el crecimiento a tasas mucho más altas: entre 1700 y 1820, la economía creció un 0,5% anual, y para finales del siglo XIX, alcanzó casi un 2%. En el siglo XX, el crecimiento promedio fue del 2,8%, duplicándose aproximadamente cada 25 años. La tendencia indica que el crecimiento no solo se volvió la norma, sino que además se aceleró.

Algunos expertos en Silicon Valley creen que la llegada de la inteligencia artificial general (AGI), capaz de superar en tareas de oficina a la mayoría de las personas, podría elevar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta un 20-30% anual o más. Aunque estas cifras parecen exageradas, en la historia se ha visto que ideas que antes parecían imposibles, como el crecimiento económico en absoluto, ahora son la norma. La principal preocupación ha sido la posible redundancia de muchos trabajos ante la automatización, pero menos se discute la potencialidad de la IA para catapultar un crecimiento económico sin precedentes.

El impacto de una AGI en los mercados sería profundo y complejo. La economía, que en sus inicios creció principalmente por la acumulación de personas y recursos, cambió con el tiempo al incorporar ideas y conocimientos que impulsaron la innovación. La teoría moderna sostiene que la AGI podría acelerar la innovación sin necesidad de aumentar la población, generando un crecimiento del PIB per cápita sin precedentes. La mayoría de los economistas concuerdan en que la IA tiene un gran potencial para mejorar la productividad, pero las estimaciones sobre cuánto aumentará aún varían ampliamente.

Algunos expertos como Daron Acemoglu estiman que en la próxima década el impacto total en el PIB global sería solo del 1-2%, considerando que solo una pequeña fracción de tareas sería más barata de realizar por IA que por humanos. En contraste, otros proyeccionistas creen que a medida que la tecnología avance y se logre la AGI, la automatización alcanzaría casi toda la producción mundial, impulsada por la inversión en energía e infraestructura. La capacidad de la IA para reemplazar a los humanos en la innovación tecnológica —la tarea más difícil— sería clave para desencadenar un crecimiento exponencial.

Modelos teóricos sugieren que si la IA puede auto-mejorarse y crear ciclos de retroalimentación, el crecimiento podría superar el 20% anual, acercándose a la llamada «singularidad», un punto en que la producción se volvería prácticamente infinita. Sin embargo, esta idea también plantea contradicciones, ya que la teoría predice que en algún momento esas aceleraciones se estabilizarían o se volverían insostenibles.

Respecto a las implicaciones para los trabajadores, la historia muestra que en el pasado, las mejoras tecnológicas no beneficiaron igual a todos. En 1800, un obrero inglés ganaba casi lo mismo que en 1230, pero la sobrepoblación y la pobreza persistían. Hoy, la automatización podría reducir los salarios a un límite mínimo, pues si la IA realiza trabajos más económicos que los humanos, los empleos tradicionales desaparecerían y solo quedarían los propietarios del capital como beneficiados. Esto aumentaría las desigualdades, llevando a una economía donde la mayoría sería simplemente rentista, con ingresos concentrados en unos pocos.

Otra dimensión relevante es el efecto Baumol, que indica que en industrias intensivas en trabajo, los salarios tienden a subir sin que aumente la productividad, debido a la competencia por empleo en sectores que aún no han sido automatizados. Esto podría generar una inflación en ciertos servicios, elevando los costos y limitando el crecimiento real para la población en general.

Desde una perspectiva financiera, una explosión en el crecimiento provocaría tasas de interés muy altas y una carrera por invertir en activos que se beneficiarían del cambio, como datos, infraestructura y bienes raíces. Sin embargo, los mercados financieros aún no reflejan una expectativa clara de un crecimiento tan acelerado. Algunos estudios muestran que los rendimientos en bonos incluso han caído en momentos de avances en IA, sugiriendo que el mercado todavía no está convencido del impacto radical.

En definitiva, si bien la historia y los modelos sugieren que la IA puede transformar radicalmente la economía, la realidad es que muchos obstáculos, limitaciones y fenómenos como el efecto Baumol podrían moderar o incluso evitar una

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