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¡Hitler desata el caos en Europa! La invasión alemana tras la Conferencia de Múnich y el fin de la paz en el continente

Escrito por radioondapopular
septiembre 1, 2025
¡Hitler desata el caos en Europa! La invasión alemana tras la Conferencia de Múnich y el fin de la paz en el continente

El ascenso de Alemania y el inicio de la Segunda Guerra Mundial

En septiembre de 1938, los principales líderes europeos se reunieron en la Conferencia de Múnich con el objetivo declarado de mantener la paz en Europa. Sin embargo, en la práctica, la reunión sirvió para legitimar la anexión alemana de la región de los Sudetes en Checoslovaquia, tras la ocupación previa por parte de las tropas de Adolf Hitler. Los mandatarios de Reino Unido, Francia e Italia aceptaron la ocupación, creyendo que así se evitaría un conflicto mayor.

Este acuerdo, conocido como la política de apaciguamiento, fue interpretado por Hitler como una señal de que podía seguir expandiéndose sin temor a represalias. Desde que llegó al poder en 1933, el líder nazi ya había comenzado a desafiar abiertamente las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles. La retirada de Alemania de la Sociedad de Naciones y la reactivación militar en 1935 marcaron el inicio de una política agresiva de rearme y expansión territorial.

Expansión territorial y violación de tratados internacionales

En 1935, Hitler reanuda las políticas de anexión con la reincorporación del Sarre, tras un plebiscito con un respaldo del 90,73 %. Solo dos meses después, rechaza las cláusulas del Tratado de Versalles, que pretendían mantener a Alemania desarmada. A pesar de los acuerdos de Locarno en 1926, que buscaban garantizar la paz en Europa Occidental, en 1936 reocupó la zona desmilitarizada de Renania y rearmó oficialmente a Alemania.

Para 1937, el dictador nazi exigía la anexión de Danzig, una ciudad libre protegida por la Sociedad de Naciones, además del acceso ferroviario al “corredor polaco”. Estas demandas suponían una amenaza directa a la estabilidad de la región, en un contexto de creciente tensión militar. La política expansionista de Hitler no solo desafiaba los acuerdos internacionales, sino que también ponía en jaque la paz europea.

La anexión de Austria y la crisis de Checoslovaquia

En 1938, Alemania anexó Austria en lo que se conoció como el Anschluss, consolidando la unión política y militar entre ambos países. Poco después, en septiembre, las fuerzas alemanas ocuparon Checoslovaquia tras la crisis en la región de los Sudetes, donde la minoría alemana vivía en esa zona. La comunidad internacional creyó que con estas concesiones, Hitler cumpliría su promesa de no invadir más países.

Los líderes de Francia y Reino Unido, convencidos de que el acuerdo de Múnich había evitado una guerra, proclamaron al finalizar la conferencia que se había logrado “la paz para nuestro siglo”. Sin embargo, menos de un año después, en agosto de 1939, Hitler reunió a su cúpula militar para planear la invasión de Polonia, utilizando la estrategia de la “Blitzkrieg” o “Guerra Relámpago”.

La estrategia militar y el comienzo de la guerra

El plan, ideado por el general Heinz Guderian, consistía en una rápida movilización de fuerzas blindadas y aerotransportadas para desbordar las líneas enemigas en un solo golpe. La táctica buscaba concentrar los ataques en un punto estratégico llamado “schwerpunkt”, donde las unidades acorazadas avanzarían con velocidad para romper el frente, mientras la infantería y la aviación neutralizaban los focos de resistencia y los puntos clave de comunicación.

Antes de la invasión, Hitler ordenó a sus oficiales que actuaran con total brutalidad, sin piedad, y con total determinación. La declaración final fue clara: “Aniquilen a Polonia, no tengan piedad, actúen con brutalidad”. La invasión de Polonia, que comenzó en septiembre de 1939, marcó el inicio oficial de la Segunda Guerra Mundial.

El inicio del conflicto global

Con la invasión en marcha, Hitler buscaba justificar su avance mediante un incidente orquestado por sus propios hombres, en particular por Heinrich Himmler, jefe de las SS. La estrategia de Hitler y su aparato militar fue diseñada para sorprender a los adversarios y garantizar la rápida victoria en el territorio polaco, estableciendo un precedente para la expansión alemana en Europa.

La agresión alemana en Polonia no solo rompió la paz en Europa, sino que también desencadenó la declaración de guerra de Reino Unido y Francia, marcando así el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La estrategia militar de Alemania, combinada con su política expansionista, transformó el escenario internacional y llevó al mundo a uno de los conflictos más devastadores de la historia.

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