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¡El Gran Incendio de Londres 1666 Devastó la Ciudad en Solo Tres Días! Más de 13,000 Casas y 87 Iglesias en Cenizas Mientras los Testigos Claves Relatan la Tragedia

Escrito por radioondapopular
septiembre 2, 2025
¡El Gran Incendio de Londres 1666 Devastó la Ciudad en Solo Tres Días! Más de 13,000 Casas y 87 Iglesias en Cenizas Mientras los Testigos Claves Relatan la Tragedia





El Gran Incendio de Londres de 1666

El comienzo del desastre y las reacciones iniciales

Era la madrugada del 2 de septiembre de 1666 cuando un resplandor intenso, proveniente de las llamas que entraba por la ventana, despertó al alcalde Thomas Bloodworth. En una Londres donde los incendios eran frecuentes y a menudo utilizados para proveer luz y calor, el alcalde no mostró preocupación alguna. Pensando que se trataba de un fuego menor, volvió a dormir plácidamente. Sin embargo, la situación no tardó en cambiar para quienes estaban en la ciudad.

Por su parte, Samuel Pepys, administrador del Almirantazgo, fue despertado por una sirvienta y, al mirar por la ventana, vio cómo las llamas avanzaban por una calle cercana. Con rapidez, se vistió, consciente de que aquello podía ser un incendio de gran magnitud. Efectivamente, sin saberlo aún, Pepys se convirtió en uno de los primeros testigos y cronistas del incendio que marcaría la historia de Londres.

Inicio y propagación del fuego

El incendio comenzó en la panadería de Thomas Farryner, ubicada en Pudding Lane, en la zona conocida como la City, delimitada por antiguas murallas romanas y el río Támesis. El propio Farryner admitió que esa noche, antes de dormir, revisó sus habitaciones y no detectó fuego, solo una chimenea encendida. Sin embargo, poco después, su establecimiento ardía y las llamas se extendían rápidamente a las viviendas cercanas.

El viento, que soplaba fuerte desde el sureste, ayudó a que las llamas se propagaran con rapidez. Además, muchas construcciones en Londres eran de madera y techos de paja, materiales altamente inflamables, especialmente tras un verano seco con pocas lluvias. Este conjunto de condiciones facilitó la expansión incontrolable del fuego, que pronto cubrió amplias áreas de la ciudad.

La expansión y la respuesta de las autoridades

Las llamas avanzaron primero por Fish Street y Thames Street, cerca del Puente de Londres, y desde allí se extendieron rápidamente. Para las 4 de la madrugada, las casas cercanas al puente estaban en llamas. Según Pepys, quienes navegaban por el río cerca del puente podrían haber sido alcanzados por una lluvia de chispas ardientes. La respuesta de las autoridades fue tardía y vacilante, en parte debido a las dudas del alcalde Bloodworth, quien recién esa noche ordenó la demolición de algunas estructuras para crear cortafuegos, la principal estrategia contra incendios en esa época.

Por aquel entonces, el fuego ya se había propagado sin control hacia el norte y oeste, siguiendo el curso del Támesis. La situación era tan grave que la catedral de San Pablo y el castillo de Baynard estaban en peligro de ser destruidos. Pepys, desde la orilla sur del río, observaba cómo las llamas formaban un arco de fuego que cubría más de una milla, y muchos habitantes huían en masa, algunos lanzándose al río o intentando salvar sus pertenencias en pequeños botes. Otros permanecían en sus hogares, temerosos de saqueos, hasta que las llamas los obligaban a abandonar sus propiedades.

La magnitud del desastre y el impacto en Londres

Las crónicas relatan que, en los días siguientes, en Londres aumentaron las oraciones y los rezos, considerados por algunos como un castigo divino. La peste, que en 1665 había matado a cerca de 70.000 personas, había reducido la población a casi la mitad. Ahora, las llamas amenazaban con destruir por completo la ciudad, dejando en ruinas a miles de habitantes y a la infraestructura urbana.

Durante esa noche, la ciudad fue iluminada por un fuego que parecía monstruoso, con una luz siniestra que iluminaba cada rincón. John Evelyn, en su diario, describió cómo las calles ardían con una intensidad que parecía increíble: plomo fundido en las calles y el pavimento brillando con un rojo feroz. La rápida expansión del incendio, alimentada por la madera seca y los techos de paja, hizo que las llamas avanzaran sin control, devorando todo a su paso.

Para la mañana del lunes, el incendio había alcanzado múltiples focos y, debido a la respuesta lenta de las autoridades, su expansión continuó. La destrucción fue total en varias áreas, incluyendo el castillo de Baynard y otros edificios emblemáticos, dejando una huella imborrable en la historia de Londres.

Imágenes y testimonios de la catástrofe

Una ilustración de la época muestra una pintura de 1666 que representa una vista imaginaria del incendio desde un barco, con la Torre de Londres a la derecha y el Puente de Londres a la izquierda. La catedral de San Pablo, rodeada por las llamas más altas, es un símbolo del daño sufrido. La portada del «The London Gazette», en la semana del 3 al 10 de septiembre, relata en detalle cómo el fuego devoró la ciudad, dejando una impresión duradera en la memoria colectiva.

El escritor John Evelyn también dejó constancia en su diario de cómo la ciudad fue iluminada por un fuego que parecía monstruoso, con una luz deslumbrante y un estruendo ensordecedor. La destrucción fue tan intensa que parecía casi irreal, con plomo fundido en las calles y el pavimento resplandeciente en un rojo intenso. La rápida propagación del incendio, alimentada por materiales inflamables y la inacción inicial, hizo que Londres enfrentara su peor desastre en siglos.


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