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¿En qué consiste el “cushioning” y por qué genera alarma?

Escrito por radioondapopular
julio 27, 2025
¿En qué consiste el “cushioning” y por qué genera alarma?

El cushioning: una estrategia emocional que puede afectar la autenticidad en las relaciones y el proceso de duelo

El término «cushioning», que en inglés significa «cojín», ha comenzado a utilizarse en conversaciones sobre relaciones afectivas para describir una práctica que, si bien puede ofrecer una sensación de seguridad, también presenta riesgos importantes. Consiste en que una persona en pareja mantiene vínculos alternativos o de reserva como una forma de protección emocional frente a la posibilidad de una ruptura amorosa.

Este comportamiento surge del deseo de no depositar todas las expectativas en una sola persona, creando una red de contactos que actúan como «almohadones» para amortiguar posibles dolores y malestares ante un eventual fin de la relación. Sin embargo, expertos advierten que esta estrategia puede dificultar la construcción de relaciones genuinas y el proceso de duelo emocional tras una separación.

La psicoanalista Fernanda Rivas, coordinadora del Departamento de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explica que el cushioning responde, en gran medida, al miedo profundo a la soledad. Para muchos, la incapacidad de disfrutar de una buena soledad lleva a buscar contención en vínculos paralelos, lo que impide consolidar relaciones auténticas. Además, este comportamiento suele ser una forma de eludir el proceso de duelo tras una ruptura, ya que afrontar el dolor implica atravesar recuerdos, sentimientos de pérdida y la incertidumbre que ello conlleva.

La especialista señala que este fenómeno también puede estar vinculado a una tendencia a evitar el compromiso, el sufrimiento y la fugacidad de los vínculos, conceptos relacionados con lo que Zygmunt Bauman denominó «amor líquido». En estos casos, las relaciones se vuelven transitorias y superficiales, dificultando la posibilidad de establecer conexiones profundas y duraderas.

Por su parte, la psicoanalista Alicia Killner destaca que el amor genuino implica exclusividad y la existencia de un objeto emocional irremplazable. El cushioning, en cambio, puede ser una forma de evadir los riesgos que conlleva el amor auténtico, que siempre implica cierto nivel de incertidumbre y dolor anticipado. Buscar seguridad en vínculos alternativos impide experimentar plenamente el amor en su forma más genuina, que requiere aceptar que toda relación puede terminar.

Las profesionales coinciden en que esta estrategia también refleja dificultades para afrontar la soledad y el duelo, muchas veces relacionadas con experiencias infantiles no resueltas. Silvina Buchsbaum, psicóloga y sexóloga, advierte que quienes utilizan a otros como «cojines» pueden experimentar una baja autoestima y un bienestar emocional comprometido. Aunque en un principio pueden sentirse valorados por su disponibilidad, con el tiempo esa persona suele quedar desplazada o desvalorizada, lo que genera inseguridades y sentimientos de rechazo.

Buchsbaum subraya la importancia de asumir la responsabilidad de crecer emocionalmente y aceptar que las relaciones pueden terminar. Solo así se puede aprender a autosostenerse y construir vínculos más saludables y auténticos. Además, advierte que recurrir a parejas de reserva puede convertirse en una profecía autocumplida, ya que el miedo a la soledad y la inseguridad pueden debilitar la relación actual, provocando un ciclo de aislamiento.

Para las expertas, el cushioning no solo es ineficaz para afrontar el dolor, sino que también impide desarrollar una verdadera madurez emocional. La capacidad de estar solo, procesar rupturas y aceptar la incertidumbre son elementos esenciales para construir relaciones sólidas y duraderas. En este sentido, diferenciar entre estar solo y sentirse solo es fundamental.

Finalmente, las profesionales recomiendan fortalecer las redes de apoyo formadas por amistades, que ofrecen una base más sana y segura para afrontar los desafíos del amor. También sugieren acudir a espacios terapéuticos para explorar las motivaciones subconscientes que llevan a buscar parejas de reserva, ya que estos patrones pueden perpetuar ciclos de fracasos afectivos y dificultar la posibilidad de relaciones auténticas y satisfactorias.

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