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Escándalo en Mount Rushmore: un símbolo de Estados Unidos en medio de debates sobre justicia, memoria e historia indígena

Escrito por radioondapopular
septiembre 11, 2025
Escándalo en Mount Rushmore: un símbolo de Estados Unidos en medio de debates sobre justicia, memoria e historia indígena





La historia y significado del Monte Rushmore

El Monte Rushmore: monumento emblemático en las Black Hills

Situado en las Black Hills de Dakota del Sur, el Monte Rushmore presenta los rostros de cuatro presidentes estadounidenses tallados en granito. Cada año, esta obra atrae a millones de visitantes y continúa siendo un símbolo de la historia y la identidad del país. Sin embargo, su construcción y significado están rodeados de complejidades que incluyen desafíos técnicos, decisiones políticas y la memoria de los pueblos originarios.

Este sitio combina la majestuosidad del arte monumental con un trasfondo de disputas históricas y culturales. La región donde se ubica, además de ser un espacio sagrado para las naciones Lakota Sioux, fue reconocida en el Tratado de Fort Laramie de 1868 como territorio indígena. La llegada de colonos y la fiebre del oro, sin embargo, provocaron la revocación de estos acuerdos y una disputa constante por la tierra.

Orígenes y planificación del monumento

La idea del Monte Rushmore surgió en los años veinte, cuando Doane Robinson, conocido como «el padre de Mount Rushmore», propuso crear un monumento de gran escala para promover el turismo en Dakota del Sur. Inicialmente, Robinson pensaba en representar figuras del viejo Oeste, pero posteriormente decidió optar por personajes que tuvieran un impacto nacional, como George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt. Esta elección buscaba captar la atención de todo Estados Unidos y obtener apoyo federal, según explica la Smithsonian Magazine.

El lugar seleccionado para la escultura es un promontorio de granito en las Black Hills, conocido ancestralmente por los Lakota Sioux como la “Montaña de los Seis Abuelos”. La zona, además de su importancia espiritual para varias naciones indígenas, ha sido escenario de conflictos históricos, incluyendo la revocación de tratados tras la fiebre del oro en la región.

En 1885, Charles E. Rushmore, un abogado de Nueva York, visitó el área y, en su honor, la montaña fue oficialmente nombrada como Rushmore. Desde entonces, el nombre quedó asociado a este emblemático lugar, en medio de una historia marcada por la colonización y el desplazamiento indígena.

El arte y la controversia detrás del monumento

El proyecto fue liderado por el escultor Gutzon Borglum, nacido en Idaho en 1867. Conocido por su carácter fuerte y ambición, Borglum estudió arte en París bajo la tutela de Auguste Rodin y adquirió fama en EE.UU. por sus retratos de personajes históricos. Antes de su trabajo en Dakota del Sur, participó en la polémica escultura de Stone Mountain en Georgia, un monumento asociado con el resurgimiento del Ku Klux Klan y la historia confederada.

Para la realización del Monte Rushmore, Borglum y su equipo de aproximadamente 400 trabajadores tallaron los rostros durante catorce años, usando explosivos y herramientas neumáticas. Cada cabeza mide aproximadamente dieciocho metros de altura y presenta detalles impresionantes, como narices de siete metros y labios que alcanzan casi dos metros de ancho. La tarea fue monumental y peligrosa, logrando retirar unas 400.000 toneladas de roca sin que se registraran víctimas fatales.

El proyecto enfrentó también obstáculos económicos y políticos. Aunque el presupuesto inicial era de 400.000 dólares, los costos y retrasos llevaron a aumentos significativos. Hubo aportes privados, incluyendo donaciones de Charles E. Rushmore, y debates sobre el valor simbólico y la representación cultural del monumento.

En definitiva, el Monte Rushmore no solo es un símbolo nacional de Estados Unidos, sino también un reflejo de las tensiones entre la historia oficial, la memoria colectiva y los derechos de los pueblos originarios. Su historia revela las complejidades de construir identidad en un país marcado por su diversidad y sus conflictos históricos.


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