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¡Increíble avance! La estabilidad de nuestra visión cotidiana depende del ritmo preciso de las neuronas, no de su fuerza eléctrica

Escrito por radioondapopular
septiembre 19, 2025
¡Increíble avance! La estabilidad de nuestra visión cotidiana depende del ritmo preciso de las neuronas, no de su fuerza eléctrica





Estudio revela la importancia del ritmo neuronal en la percepción visual estable

El ritmo de las neuronas, clave para mantener una percepción estable

Cuando observamos el mundo que nos rodea, la mayoría de las veces da la sensación de que nada cambia. Sin embargo, un reciente estudio ha demostrado que esa percepción constante no depende tanto de la cantidad de impulsos eléctricos que generan nuestras neuronas, sino de la precisión con la que éstas mantienen un ritmo regular. Los investigadores afirman que, igual que una orquesta que sigue una melodía reconocible aunque los instrumentos varíen en intensidad, nuestro cerebro mantiene la coherencia visual mediante un patrón rítmico preciso en la actividad neuronal.

Un equipo de científicos de la Universidad Rice en Estados Unidos logró medir este «pulso cerebral» y descubrir que, aunque las neuronas pueden variar en cuánto y cuándo disparan, la regularidad en su ritmo es lo que garantiza que nuestra percepción del entorno sea estable y continua. La investigación, publicada en la revista *Nature Communications*, revela que la estabilidad visual cotidiana se sustenta en la sincronización temporal de las neuronas, no en la cantidad de impulsos que generan en un momento dado.

## La importancia del código temporal en la percepción visual

El estudio fue liderado por Hanlin Zhu, junto a los profesores Chong Xie y Lan Luan, miembros de la Iniciativa de Neuroingeniería de Rice. La investigación desafía la creencia tradicional de que la percepción estable depende principalmente del volumen de disparos neuronales. En cambio, los científicos demostraron que la clave radica en el **código temporal**, es decir, en la precisión con la que las neuronas envían sus impulsos en intervalos de milisegundos.

Para analizar este fenómeno, los investigadores desarrollaron unas **sondas nanoelectrónicas ultrafinas** (NETs), capaces de integrarse con el tejido cerebral y registrar la actividad neuronal con una fidelidad sin precedentes. Estas sondas, que son miles de veces más delgadas que un cabello humano, se implantaron en el córtex visual de ratones, permitiendo monitorizar cientos de neuronas durante 15 días consecutivos. Durante ese período, los animales observaron aproximadamente 12,000 imágenes diarias, incluyendo escenas naturales y patrones de líneas, diseñados para mapear las preferencias visuales de cada célula.

## Resultados y aplicaciones del hallazgo

Los datos mostraron que, si se evalúa la estabilidad neuronal únicamente por la tasa de disparo, muchas neuronas parecen poco fiables. Sin embargo, al centrarse en el **código temporal**, se constató que las preferencias de cada neurona, es decir, las imágenes que “prefiere”, permanecen constantes en el tiempo, incluso en aquellas que parecían inestables bajo la evaluación del volumen de impulsos. Esto indica que el cerebro mantiene una percepción estable gracias a la regularidad en la sincronización de las neuronas, y no solo a la cantidad de actividad.

Además, las NETs permitieron analizar las relaciones funcionales entre diferentes neuronas, identificando patrones de actividad sincronizada que se mantienen con una precisión de milisegundos a lo largo del tiempo. Estos avances facilitaron el desarrollo de modelos computacionales capaces de identificar qué estímulo visual observaba un ratón, incluso días después del entrenamiento, sin la necesidad de reajustar los algoritmos. La consistencia en el ritmo neuronal, por tanto, resulta fundamental para mantener una percepción estable del mundo.

Este descubrimiento abre nuevas perspectivas en el estudio de la neurociencia, con implicaciones potenciales en el tratamiento de trastornos visuales y en el desarrollo de interfaces cerebro-computadora más precisas y confiables. La investigación continúa, pero evidencia que el secreto de nuestra percepción constante radica en la precisión temporal de las neuronas, más que en la cantidad de impulsos generados en un momento dado.


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