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Constelaciones Incas: el proyecto del IGP que revela la sabiduría del Tahuantinsuyo en la Vía Láctea

Escrito por radioondapopular
octubre 5, 2025
Constelaciones Incas: el proyecto del IGP que revela la sabiduría del Tahuantinsuyo en la Vía Láctea

Proyecto peruano rescata la astronomía ancestral de los incas a través de las constelaciones oscuras

El Planetario Nacional del Instituto Geofísico del Perú (IGP) impulsa la iniciativa Constelaciones Incas, cuyo propósito es recuperar y difundir el conocimiento astronómico de los antiguos habitantes del Tahuantinsuyo. A diferencia del modelo europeo, que conecta estrellas para formar figuras, las constelaciones incas se basan en las zonas oscuras de la Vía Láctea. Los observadores precolombinos identificaban siluetas de animales y figuras que representaban elementos de su entorno natural en esas sombras.

Identificación de constelaciones oscuras y objetos estelares

En el marco de esta investigación, se lograron identificar siete constelaciones oscuras y dos cuerpos estelares. Entre las primeras se encuentran figuras como el michi (pastor), atok (zorro), yakana (llama negra), uña llama (cría de llama), yutu (perdiz), janpatu (sapo o jardinero andino) y machacuay (serpiente). Los objetos estelares corresponden a la colca, conocida actualmente como las Pléyades, y la urcuchillay, representada como una llama plateada.

Se identificaron siete constelaciones oscuras y dos objetos estelares
Se identificaron siete constelaciones oscuras (michi, atok, yakana, una llama, yutu, janpatu, machacuay) y dos objetos estelares (colca y urcuchillay). (Jazmine Angulo)

Significado y simbolismo de las constelaciones

La investigadora Adita Quispe, coordinadora del Planetario Nacional del IGP, explicó que cada figura tenía un valor simbólico y práctico. Por ejemplo, el sapo era considerado un protector de la agricultura, ya que se alimentaba de insectos dañinos y era denominado el ‘jardinero andino’. Además, los pueblos andinos observaban el comportamiento de los animales en el cielo y lo relacionaban con los cambios climáticos.

El estudio, realizado por el investigador José Ricra, fue reconocido en el Festival Internacional de Cine Científico de Moscú 2024, donde el documental homónimo del IGP quedó entre los finalistas. Este reconocimiento internacional permitió dar a conocer por primera vez ante la comunidad científica mundial una visión astronómica distinta, originada en los Andes.

“Fue una gran sorpresa”, recuerda Quispe. “Muchos en el extranjero consideraron que se trataba de una nueva forma de mirar el cosmos, porque se daba a conocer por primera vez la astronomía de nuestros antepasados”.

La observación de las sombras en la Vía Láctea

Las constelaciones oscuras incas se descubren observando las sombras que generan el polvo cósmico en la Vía Láctea. Estas zonas, que carecen de estrellas visibles, contrastan con la luz del fondo estelar y crean siluetas que los pueblos andinos interpretaron como animales sagrados.

El machacuay, o serpiente, simbolizaba la sabiduría y la regeneración. El atok, el zorro, representaba la astucia y el ciclo de la vida y la muerte, ya que devoraba a las crías de llamas. La yutu, o perdiz, se ofrecía antes de las batallas para atraer la buena fortuna.

Por otro lado, la yakana, o llama negra, tenía un papel central en la agricultura: su aparición en el cielo marcaba el inicio de los ciclos agrícolas. Cuando las Pléyades (la colca) brillaban intensamente, señalaban un año fértil. Si se veían opacas, los campesinos predecían sequías y almacenaban alimentos en las colcas, los antiguos graneros.

“Los incas leían el cielo como un calendario. Las estrellas y sombras no eran adornos del firmamento, sino indicadores de cuándo sembrar, cosechar o prepararse para la escasez”, explicó Quispe. “Era un conocimiento empírico y profundo, basado en la observación constante del entorno”.

Importancia cultural y agrícola de las constelaciones

Cada figura tenía un valor simbólico y agrícola: la llama negra señalaba los ciclos de siembra, mientras que el sapo protegía las cosechas. Estas interpretaciones reflejan la estrecha relación entre la astronomía y la vida cotidiana de los pueblos andinos, quienes utilizaban el cielo como una herramienta para garantizar su supervivencia.

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