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¡Joven de 25 años descubre cáncer de tiroides oculto durante 5 años por un sarpullido!

Escrito por radioondapopular
octubre 23, 2025
¡Joven de 25 años descubre cáncer de tiroides oculto durante 5 años por un sarpullido!





Historia de lucha contra el cáncer de Becky Bowes

Una historia dura de lucha y detección tardía

Becky Bowes, una joven de 25 años, compartió su triste experiencia tras acudir al médico por un simple sarpullido. Lo que parecía una consulta rutinaria terminó revelando un diagnóstico de cáncer que llevaba desde hacía cinco años sin detectar. La historia de Becky evidencia la importancia de revisiones médicas oportunas y el riesgo de diagnósticos tardíos.

El descubrimiento de un tumor oculto

En su visita al dermatólogo por unas manchas en el brazo, el especialista encontró algo mucho más preocupante: un bulto del tamaño de una pelota de golf en su cuello. Este bulto había estado allí durante cinco años sin que ella lo notara, lo que agravó su condición. La confirmación fue un diagnóstico de cáncer papilar de tiroides, que además había metastatizado en sus pulmones.

A pesar de que presentaba algunos síntomas, Becky nunca les prestó suficiente atención. La joven publicó en Daily Mirror que en su momento no imaginaba la gravedad de su situación. Además, antes de su diagnóstico, también sufría de depresión, una condición que en algunos casos puede estar relacionada con problemas tiroideos.

Reflexiones y consecuencias del diagnóstico tardío

Becky expresó su frustración con el sistema médico, asegurando que si le hubieran realizado más pruebas antes de recetarle antidepresivos, su cáncer podría no haberse propagado. “Me siento muy decepcionada por la atención recibida”, afirmó. La joven considera que una detección temprana habría mejorado su calidad de vida.

En mayo de 2020, fue sometida a una cirugía para extirpar su tiroides y 22 ganglios linfáticos, además de recibir sesiones de radioterapia. Aunque logró superar el tratamiento, ahora enfrenta las secuelas de su enfermedad, como el síndrome de fatiga crónica, que la obliga a tomar largas siestas y limita su vida cotidiana.

Becky lamenta no poder llevar una vida normal y asegura que su enfermedad le ha quitado mucho de ella misma. “Es difícil ver a otras personas de mi edad disfrutar de la vida cuando yo estoy estancada”, comentó. A pesar de mantener la enfermedad controlada, confiesa tener miedo a un posible cáncer secundario o a no poder ser madre en el futuro. Actualmente, se realiza análisis de sangre cada seis meses para monitorear su salud.


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