Escándalo en Ucrania: Militar ruso acusado de crímenes de guerra enfrenta juzgamiento en Lituania

Ucrania entrega a un militar ruso a Lituania para juicio por crímenes de guerra

La Fiscalía General de Ucrania anunció que entregó a Lituania a un militar ruso capturado por las fuerzas ucranianas, con el fin de que enfrente un proceso judicial por presuntos crímenes de guerra cometidos durante el conflicto armado en Ucrania.

«Por primera vez desde el inicio de la agresión a gran escala, Ucrania ha entregado a un militar ruso a un Estado extranjero, en este caso Lituania, para que sea juzgado por crímenes de guerra», declaró Ruslán Kravchenko, fiscal general de Ucrania, en una declaración oficial. Esta acción representa un paso importante en la cooperación internacional para buscar justicia en medio del conflicto.

Recomendación

PLANCHAS, MÁS CANDIDATOS Y DESDE LA JUSTICIA | SIN GUION CON ROSA MARÍA PALACIOS

Acusaciones graves contra el militar ruso

El sospechoso, un oficial de alto rango de la marina rusa, enfrenta cargos por detención ilegal, tortura y tratos inhumanos a civiles y prisioneros de guerra, incluido un ciudadano lituano, según informó Kravchenko. Las acusaciones apuntan a que el militar participó en prácticas crueles y sistemáticas durante la ocupación en Ucrania.

Las atrocidades denunciadas incluyen golpes, torturas con descargas eléctricas, episodios de asfixia y el confinamiento en estrechos cofres metálicos. Estas acciones reflejan un nivel de crueldad que ha sido condenado internacionalmente y que evidencia la gravedad de los crímenes cometidos.

Según la fiscalía de Lituania, el militar y otros miembros de su unidad habrían organizado un campo en Melitópol, una ciudad ucraniana ocupada desde los primeros días de la invasión en 2022. Allí, civiles y prisioneros de guerra, incluyendo un ciudadano lituano, fueron detenidos ilegalmente, torturados y sometidos a humillaciones constantes.

El proceso judicial y posibles penas

El militar ruso fue capturado en agosto de 2023 por las fuerzas ucranianas en la región de Zaporiyia, cerca del pueblo de Robotyne. Tras su captura, fue trasladado a Lituania, donde quedó bajo detención provisional por un período de tres meses, según confirmó la Fiscalía de Vilna.

Las autoridades lituanas lo acusan formalmente de crímenes de guerra, tortura, privación ilegal de libertad y violaciones a las Convenciones de Ginebra. De confirmarse su culpabilidad, podría enfrentarse a una sentencia de cadena perpetua, en línea con las leyes internacionales y la gravedad de los delitos.

Este caso marca un precedente en la persecución de responsables de crímenes en el contexto del conflicto en Ucrania y refleja la intención de los países del bloque europeo de mantener la justicia y la responsabilidad ante la comunidad internacional.