Fernán Altuve: El fujimorismo se ha convertido en una derecha populista simplificada

Fernán Altuve: de la formalidad a la política en plena transformación

Aunque muchos peruanos lo recuerdan por su apodo de Huevoduro, un sobrenombre que un simpatizante le puso durante su campaña a la alcaldía de Lima en 2014, Fernán Altuve representa en realidad la imagen de la formalidad. En la actualidad, se ha pasado la mayor parte de este diálogo esperando la llegada del fotógrafo, con la intención de ponerse su corbata y lucir un aspecto impecable en las fotografías oficiales.

Ha sido presentado de diversas maneras: como conservador, monarquista y defensor de Odebrecht. Sin embargo, hoy asume una nueva identidad, la de aspirante a vicepresidente en la plancha de Phillip Butters. ¿Se siente cómodo con este rol? ¿Qué piensa acerca de la derecha, ese sector al que nunca ha negado pertenecer?

¿Cuál será el principal reto para la candidatura de Avanza País?

¿Será la sobreoferta en la derecha o la incontinencia verbal de Phillip Butters? La respuesta a esta interrogante aún está por definirse, pero lo cierto es que la estrategia de Altuve y su equipo se encuentra en un momento crucial.

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Phillip Butters es una figura conocida y auténtica en el escenario político peruano. La ciudadanía sabe quién es, lo acepta o lo rechaza, y no hay nada oculto en su personalidad. La elección de Butters como candidato busca que la población evalúe si realmente es la opción adecuada para afrontar los desafíos actuales, especialmente en materia de protección ciudadana y seguridad.

Las ideas de Altuve sobre la derecha

El mismo Fernán Altuve expresó el año pasado a Caretas que “la derecha no tiene formación política, actúa en base a dos instintos: la ambición y el miedo”. Añadió además que “a la derecha le gusta hacer política y beneficiarse de ella, pero no le interesa formarse, leer o comprender”.

Estas declaraciones podrían dar la impresión de que se trata de un radical de izquierda, o un aliado cercano a figuras como Bellido o Cerrón. Sin embargo, Altuve sonríe y aclara: “Soy una persona que, dentro de la polarización, se ubica del centro a la derecha, con los matices que cada uno quiera darle, o que mis propias palabras y acciones determinen en la percepción pública”.

Para él, la clave para mejorar la situación política radica en identificar los problemas, plantear soluciones y no caer en la complicidad con los errores de su propio espacio político. “No gano nada señalando los defectos del sector al que no pertenezco, porque no puedo corregirlos”, afirma.

¿Es Avanza País una derecha ilustrada?

Altuve aclara que el espacio que busca construir desde Avanza País es una derecha reformista. Lamentablemente, señala, en el Perú existe una derecha populista, como el fujimorismo, que ha devenido en una corriente simplista y ramplona. La obra del fujimorismo data de hace más de 20 años, y se caracteriza por un populismo parlamentario que favorece a ciertos grupos económicos o busca aceptación popular sin un verdadero sentido de Estado, a veces incluso mediante prácticas mercantilistas.

Por otro lado, denuncia la existencia de una derecha fundamentalista que solo grita, insulta y no escucha, lo cual, según él, es una postura dañina para el país.

La postura sobre López Aliaga y otros líderes

Altuve comenta: “La del señor López Aliaga puede ser representativa, y en algunos valores compartimos ciertos eslóganes. Sin embargo, en los actos concretos, existen contradicciones que se vuelven evidentes”.

Su experiencia con el fujimorismo

¿Pensaba que el fujimorismo era una derecha populista y mercantilista cuando postuló con ellos en 2011? “No, de ser así, no habría estado con ellos”, responde. “Lo que he visto es cómo esa estructura y composición política se han ido descomponiendo con el tiempo”.

Altuve añade que, para él, el partido de Keiko Fujimori cada día se parece más al Partido Popular Cristiano (PPC), cada vez menos popular y más orientado a intereses particulares. “Eso, lamentablemente, ha contribuido a su debilitamiento”, señala.

Perspectivas sobre el Congreso y el Senado

Respecto al nuevo Senado, Altuve expresa su preocupación por la redacción de la reforma que lo crea. Considera que el Senado tendrá la capacidad de modificar leyes de la Cámara de Diputados de manera excesiva, incluso aprobando proyectos totalmente diferentes a los originales, sin que la Cámara Baja pueda oponerse. “Eso es un error que hay que corregir de inmediato”, concluye.

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