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Cuba en auge de disidencia silenciosa: el 91% desconfía del régimen y la protesta se vuelve invisible

Escrito por radioondapopular
noviembre 8, 2025
Cuba en auge de disidencia silenciosa: el 91% desconfía del régimen y la protesta se vuelve invisible

La disidencia silenciosa en Cuba: un escenario en transformación

La aparente estabilidad del régimen cubano contrasta con un proceso de cambio social que desafía la narrativa oficial. Un estudio conjunto de CubaData y la Universidad de San Martín de Porres (USMP) revela que, en medio de la crisis, crece una resistencia invisible y silenciosa entre la población. La investigación, que abarcó cinco meses, analizó a 1.685 cubanos y su evolución emocional, expectativas y formas cotidianas de disidencia.

El fenómeno de la “disidencia latente”

Los resultados muestran que la resistencia en Cuba se está manifestando en espacios privados y en pequeñas acciones diarias, en lugar de protestas abiertas. Los autores del estudio denominan este fenómeno “disidencia latente”, una forma de oposición que avanza sin ser visible para las autoridades. Según Arístides Vara Horna, director del Instituto de Investigación de la USMP, “el miedo ya no explica el silencio cubano. Aunque persiste, convive con una desobediencia interior que crece”.

El análisis indica que el 91% de los encuestados está insatisfecho con la respuesta del gobierno ante la crisis. Además, el 90% considera que se violan los derechos humanos, y solo el 4,7% aprueba la gestión oficial. La disidencia privada se refleja en decisiones individuales de expresar desacuerdo solo en círculos íntimos, lejos de la confrontación pública.

Desconfianza y autonomía informativa

El estudio destaca que la mayoría desconfía de los canales oficiales y busca información alternativa. “La gente comienza a informarse por su cuenta, se desconecta emocionalmente del relato oficial y construye autonomía en gestos cotidianos”, explica Vara Horna. Esta tendencia se ha intensificado en un contexto donde la censura digital, cortes de internet y vigilancia estatal son frecuentes.

El trabajo, realizado por investigadores en Lima, Madrid, Miami y varias provincias cubanas, enfrentó desafíos significativos para proteger a los participantes. “Levantar datos independientes en Cuba requiere paciencia, valor y respeto por quienes colaboran”, señala Vara Horna. El resultado revela que la transformación social no se limita a eventos aislados, sino que forma una “película” en constante desarrollo.

Vías de resistencia y cambios en la percepción del miedo

El informe identifica tres principales formas de disidencia cotidiana. El 85% de los encuestados busca información fuera de los medios estatales, el 53% participa en emprendimientos o empleos independientes y el 65% muestra empatía con presos políticos. “El cambio ya no se mide por marchas, sino por cómo cada persona decide pensar por sí misma”, afirma Vara Horna.

A pesar de la represión, el control emocional del régimen se debilita. La encuesta revela que el 58% de las personas ya no tiene miedo de hablar en privado sobre política, y el 59% confía en su círculo cercano para discutir estos temas. Esto indica una mayor empatía y un mayor desapego respecto al régimen.

El papel de las tecnologías y redes sociales

El estudio también destaca el uso de internet y las redes sociales como espacios de protesta y organización. El 53% de los encuestados afirmó haber protestado al menos una vez en plataformas digitales en el último año, mientras que solo el 35% participó en marchas públicas. Esto refleja un cambio en los canales de expresión y resistencia en Cuba.

Según los autores, la principal herramienta de control en la actualidad ya no es solo la represión física, sino la dependencia económica del Estado. “Cuanto más dependiente es alguien del Estado, menor es su empatía con los presos políticos y menor su disposición a protestar”, explica Vara Horna. La figura del emprendedor surge como un nuevo disidente, motivado por la necesidad de supervivencia, no por ideologías.

Desafíos y perspectivas

Finalmente, el informe señala que la fragmentación social y la falta de liderazgos claros dificultan la organización de movimientos masivos. Sin embargo, la evidencia del estudio indica que la transformación social en Cuba es un proceso en marcha, que evoluciona en la cotidianidad de sus habitantes y en sus decisiones individuales. La paciencia, la innovación y la resistencia silenciosa marcan el camino hacia un posible cambio en el país.

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