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El impacto del estrés por gastos navideños en la salud mental

Escrito por radioondapopular
diciembre 22, 2025
El impacto del estrés por gastos navideños en la salud mental





El impacto del estrés financiero y emocional durante la temporada navideña



El estrés financiero y la presión de los regalos en Navidad

Cuando la navidad se acerca, la frase “es época de dar” muchas veces oculta una presión invisible: la expectativa de regalar, organizar cenas perfectas y cumplir con compromisos sociales. Este escenario puede generar estrés financiero y afectar la salud mental de muchas personas.

La temporada, tradicionalmente vinculada a la alegría y la unión familiar, no siempre aporta paz interior. Para algunos, en cambio, se convierte en fuente de ansiedad, insomnio, angustia y emociones difíciles de manejar.

Especialistas advierten que el endeudamiento por compras navideñas puede provocar insomnio, angustia y deterioro en las relaciones familiares.
Especialistas advierten que el endeudamiento por compras navideñas puede derivar en insomnio, angustia y conflictos familiares.

El impacto del consumismo y la comparación social

Expertos como Natalia Ascurra, médico psiquiatra de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud de Perú, señalan que la presión consumista se ha intensificado en los últimos años, en parte por la influencia de las redes sociales. “Ahora tenemos mayor exposición, lo que nos lleva a compararnos constantemente: cómo serán las cenas de otros, qué regalos entregan, cómo decoran sus hogares. Esa comparación genera mayor estrés”, explica.

La búsqueda de una imagen de “Navidades ideales” en Internet empuja a muchas personas a gastar más allá de sus posibilidades, en un intento de cumplir con esas expectativas irreales.

Especialistas advierten que el endeudamiento por compras navideñas puede provocar insomnio, angustia y deterioro en las relaciones familiares.
El endeudamiento por compras navideñas puede provocar insomnio, angustia y deterioro en las relaciones familiares.

Consecuencias emocionales y sociales del consumo excesivo

El resultado de este comportamiento no se limita al aspecto económico. Ascurra advierte que “nos angustiamos al querer comprarlo todo, nos endeudamos y, en enero, llega la tensión y la angustia por las deudas acumuladas”. Los efectos inmediatos incluyen noches sin dormir y preocupación constante, mientras que a largo plazo pueden surgir angustia crónica y deterioro en las relaciones familiares y sociales.

La carga emocional adicional en Navidad

Pero la presión no solo es económica. La Navidad puede intensificar sentimientos de tristeza, especialmente en quienes han sufrido pérdidas recientes o enfrentan conflictos familiares no resueltos. “Es válido no querer pasar la Navidad con personas que no te hacen sentir bien. Aceptar invitaciones por compromiso no siempre es la mejor opción; priorizar el bienestar personal también forma parte del autocuidado”, señala la especialista.

Romper con las expectativas impuestas por la tradición o la familia, sin sentir culpa, puede ser el primer paso hacia una celebración más saludable emocionalmente.

La tristeza y la soledad aumentan en Navidad, especialmente tras pérdidas recientes o conflictos familiares no resueltos.
La tristeza y la soledad aumentan en Navidad, particularmente tras pérdidas recientes o conflictos familiares no resueltos.

El consumo impulsivo y sus riesgos emocionales

Otra cara del estrés navideño es el consumismo compulsivo. Comprar de manera impulsiva puede parecer una forma de aliviar emociones incómodas, pero según Ascurra, la satisfacción suele ser pasajera: “Luego llega la culpa y el estrés”.

Es fundamental aprender a identificar cuándo la compra deja de ser un acto de placer para convertirse en una obligación que genera angustia. En esos casos, lo recomendable es detenerse y buscar ayuda profesional sin prejuicios.

El agotamiento emocional por múltiples compromisos

La psicóloga y psicoterapeuta Martha Crosby, del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati (EsSalud), añade que la acumulación de compromisos —como compras, preparativos, desplazamientos y encuentros familiares— puede saturar la mente y las emociones. El ruido, el tráfico y la sobrecarga de tareas diarias contribuyen al agotamiento, irritabilidad, deseos de aislarse y discusiones en el hogar.

Este cúmulo de factores puede derivar en un estado de agotamiento emocional que afecta la calidad de las celebraciones y el bienestar de las personas.


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