Fuga del gobernador regional del Callao, Ciro Castillo, durante operativo policial

El cerco judicial sobre Ciro Castillo Rojo, gobernador regional del Callao, no logró impedir su fuga a pesar de la presencia policial y fiscal desplegada en Lima y en el primer puerto. La orden de detención preliminar, emitida por el Poder Judicial en el marco de una investigación por colusión agravada y organización criminal, desencadenó la madrugada del 15 de diciembre una serie de allanamientos y operativos en su domicilio y oficinas.

Mientras las fuerzas del orden ingresaban a su vivienda en La Punta, Castillo ya había escapado desde una clínica privada, un hecho que fue documentado en exclusivas imágenes difundidas por el programa Cuarto Poder. La fuga ocurrió justo en el momento en que las autoridades realizaban la operación para capturarlo.

Detalles del escape y las imágenes de la huida

El reportaje televisivo mostró material captado por cámaras de seguridad en la clínica ubicada en Pueblo Libre, donde se observa a Castillo disfrazado de paciente, usando mascarilla y en silla de ruedas. Personal médico y de seguridad lo acompañaron en todo momento, facilitando su traslado hacia un vehículo con lunas polarizadas.

El exgobernador, con orden de detención en su contra, gestionó un alta médica rápida minutos antes de que la policía llegara a buscarlo. La grabación muestra cómo, con un disfraz y acompañado por una enfermera y un médico, recorrió los pasillos del tercer piso y abordó un ascensor que lo llevó al estacionamiento. Desde allí, un conductor lo esperaba para subirlo a un automóvil, según el informe televisivo. La salida ocurrió aproximadamente a las 11 de la mañana, justo cuando agentes de la Dirección contra la Corrupción llegaban para detenerlo.

¿Cómo ocurrió la fuga?

La secuencia completa revela que Castillo solicitó su alta médica voluntaria momentos antes de la llegada de las autoridades, conscientes de que la operación judicial estaba en marcha. Según el informe, el exgobernador recurrió a una clínica privada para dilatar su rastreo y facilitar su salida con mayor discreción, evitando así el control policial en sus domicilios y oficinas.

Las investigaciones sugieren que esta decisión pudo haber sido motivada por una alerta previa sobre las acciones de la justicia en su contra, lo que le permitió planificar su escape con anticipación.

Cuestionamientos a la eficacia del operativo

La investigación periodística plantea dudas sobre la eficacia del procedimiento policial y sobre posibles accesos privilegiados a información sobre las órdenes de detención. Desde la noche del 13 de diciembre, Castillo se había internado en la clínica de Pueblo Libre, lo que le permitió mantenerse fuera del radar durante las horas previas al operativo masivo.

Su alta voluntaria, tramitada apenas minutos antes de la llegada de la policía, refuerza la hipótesis de que existió un aviso previo a su fuga. Personal de la División contra la Corrupción confirmó que el seguimiento incluyó hospitales y centros de salud, en un esfuerzo por localizarlo, sin éxito.

Los registros indican que familiares y el entorno cercano de Castillo no aportaron información sobre su paradero, pese a que su vehículo y equipo de seguridad permanecían en las inmediaciones de sus propiedades y del Gobierno Regional del Callao.