La visita del presidente electo de Chile, José Antonio Kast, programada para enero de 2026, ha puesto en marcha una agenda bilateral centrada en temas de migración, seguridad y cooperación fronteriza. En este contexto, el presidente de Perú, José Jerí, expresó claramente la postura peruana, resaltando la importancia de abordar estos asuntos con anticipación y de manera efectiva, dada la sensibilidad que generan.

En declaraciones a la prensa, José Jerí subrayó que la política peruana se caracteriza por ser proactiva. “Más que un temor, estamos anticipando”, afirmó, tras revelar que mantuvo una conversación telefónica con Kast pocos días después de la segunda vuelta en Chile. Ambos acordaron fortalecer la defensa de las fronteras y establecer criterios comunes para gestionar la migración irregular.

Jerí añadió que, al igual que en su contacto previo con el presidente ecuatoriano Daniel Noboa, el énfasis estará en la coordinación y la prevención, evitando reaccionar de manera tardía ante posibles crisis migratorias.

La Cancillería peruana confirmó que la llegada de Kast a Lima será parte de una gira regional que también incluye otros países. La escala en Perú busca consolidar una agenda de cooperación antes de la asunción presidencial chilena, prevista para el 11 de marzo de 2026. Tanto Perú como Chile enfrentan preocupaciones similares respecto a la migración irregular en sus fronteras compartidas, que ha aumentado en los últimos meses.

El anuncio oficial fue realizado tras la comunicación entre ambos mandatarios y la invitación formal a Kast para participar en un próximo Gabinete Binacional Perú-Chile, que se realizará entre marzo y abril. Según fuentes diplomáticas, esta reunión buscará sistematizar la colaboración en temas de control migratorio y seguridad fronteriza.

Este encuentro tiene particular relevancia, dado que durante su campaña presidencial, Kast propuso una política migratoria restrictiva, incluyendo la expulsión de migrantes indocumentados y mayores controles en las fronteras. Estas propuestas generaron debates y atención en la opinión pública tanto en Chile como en la región, lo que ha llevado a Lima a reforzar sus mecanismos de contención migratoria.