La Navidad Negra en el sur del Perú: una tradición cultural de raíces afroandinas

Una celebración distinta en el calendario peruano

La Navidad en Perú no se vive de la misma manera en todos sus rincones. Mientras en muchas ciudades predominan los nacimientos, los villancicos tradicionales y las cenas familiares, en el sur del país diciembre adquiere un ritmo diferente. Aquí, las festividades están marcadas por el zapateo, los cantos colectivos y una profunda carga simbólica.

Se trata de la Navidad Negra, una celebración que combina la fe, la memoria histórica y las expresiones culturales afroandinas. Cada año, congrega a comunidades enteras en una festividad que trasciende lo religioso para convertirse en un evento cultural de gran importancia.

Regiones y manifestaciones culturales

Esta festividad, aún poco conocida fuera de su zona de influencia, se desarrolla principalmente en localidades como Chincha, El Carmen, Pisco, Cañete y Ica. En estas ciudades, la llegada de la Navidad se expresa a través de danzas tradicionales como el Hatajo de Negritos y Las Pallitas. La celebración no se limita a un solo día; su duración abarca desde finales de diciembre hasta los primeros días de enero, consolidándose como un elemento central en el calendario cultural y religioso de la región.

Origen y significado de la festividad

La Navidad Negra surge del sincretismo entre las tradiciones religiosas católicas y las prácticas culturales de las comunidades afrodescendientes asentadas en la costa sur desde la época colonial. Su punto central es la veneración al Niño Jesús, aunque su expresión se manifiesta mediante cantos, danzas y rituales que incorporan elementos musicales y corporales transmitidos de generación en generación.

El origen de esta celebración está relacionado con la presencia histórica de comunidades afroperuanas en los valles de Chincha y el llamado sur chico. Durante el período colonial, estas comunidades adaptaron sus expresiones musicales y festivas al calendario cristiano, integrando ritmos africanos, influencias europeas y aportes andinos. Con el tiempo, estas prácticas se consolidaron como parte de las celebraciones navideñas locales, formando una tradición que perdura hasta hoy.

Principales expresiones y danzas

Una de las manifestaciones más representativas es el Hatajo de Negritos. Esta danza, ejecutada principalmente por varones —aunque en años recientes también participan mujeres—, combina zapateo, canto y acompañamiento musical con violín y campanillas. Los danzantes visten de blanco, con cascabeles en las piernas y camisas floreadas, y recorren calles, plazas y nacimientos en una demostración de fe y tradición.

Otra expresión importante es Las Pallitas, interpretada por mujeres que entonan cantos devocionales y realizan coreografías suaves, vestidas con trajes de colores claros y velos. Ambas danzas conforman un conjunto ritual que ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, resaltando su valor histórico y cultural tanto en el país como internacionalmente.

La celebración de la Navidad Negra es, en definitiva, una muestra viva del patrimonio afroperuano, que refleja su historia, identidad y resistencia cultural en el sur del Perú.