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Inca Kola: La bebida peruana que conquistó la identidad nacional y desafió a Coca-Cola

Escrito por radioondapopular
agosto 2, 2025
Inca Kola: La bebida peruana que conquistó la identidad nacional y desafió a Coca-Cola

Inca Kola: La bebida que desafió a Coca-Cola en Perú

En la mayoría de los países del mundo, Coca-Cola es la bebida gaseosa más popular. Sin embargo, en Perú, esa posición la ocupa Inca Kola, una marca que ha logrado convertirse en un símbolo de identidad nacional y que lleva casi un siglo en el mercado.

El refresco de color amarillo, que evoca la grandeza del Imperio Inca y su veneración por el oro, fue creado por Joseph Robinson Lindley, un inmigrante británico. Lindley llegó a Perú en 1910, procedente de Doncaster, Inglaterra, y poco después estableció una fábrica de bebidas en un barrio popular de Lima.

Al principio, producía pequeñas cantidades de bebidas carbonatadas a base de frutas y, con el tiempo, expandió su producción. En 1935, Inca Kola fue lanzada con una receta secreta que combina 13 hierbas y aromáticos. Este lanzamiento fue un año antes de que Coca-Cola ingresara oficialmente al mercado peruano, en 1936.

Ante la competencia de la gigante estadounidense, Lindley apostó por invertir en publicidad televisiva para promocionar su marca. Las campañas publicitarias mostraban botellas de Inca Kola con motivos indígenas y eslóganes como “el sabor que nos une”, con el objetivo de conectar con la diversidad cultural y las raíces incas del país.

## La identidad peruana y el sabor único de Inca Kola

Según Andrés Macara-Chvili, profesor de marketing en la Pontificia Universidad Católica del Perú, Inca Kola logró asociarse con el concepto de “Peruanidad”, reforzando un sentido de orgullo nacional. “Fue una de las primeras marcas en Perú que conectó con lo que significa ser peruano. Hablaba de nuestra diversidad”, afirma.

Además de su fuerte vínculo con la identidad nacional, el sabor distintivo de la bebida, que algunos describen como similar al chicle y otros como una infusión de manzanilla, ayudó a consolidar su popularidad. Pero la historia de Inca Kola no solo se basa en su sabor o su carácter nacional.

Durante la turbulencia mundial ocasionada por las guerras, la marca también adquirió importancia por una razón distinta: su papel en la comunidad japonesa en Perú durante la Segunda Guerra Mundial.

## La comunidad japonesa en Perú y la oportunidad en tiempos de conflicto

En los años finales del siglo XIX, Japón envió aproximadamente 18,000 trabajadores contratados a Perú para laborar en plantaciones de azúcar y algodón en la costa peruana. Estos inmigrantes enfrentaron condiciones laborales duras, bajos salarios y hacinamiento, lo que provocó brotes de enfermedades como disentería y tifus. Muchos no pudieron costear su regreso a Japón tras cumplir sus contratos y optaron por establecerse en Perú, abriendo pequeños negocios y bodegas en las ciudades.

Al no poder acceder a créditos bancarios peruanos, estos inmigrantes crearon cooperativas de ahorro y crédito, fortaleciendo su economía comunitaria. Para los años 20 y 30, la comunidad japonesa se convirtió en una fuerza comercial importante en el país, aunque también enfrentó crecientes hostilidades.

Hacia mediados de los años 30, el sentimiento antijaponés aumentó, alimentado por políticos nacionalistas y medios xenófobos que acusaban a la comunidad de monopolizar la economía local y, en el contexto prebélico, de realizar actividades de espionaje.

El papel de Inca Kola en tiempos de guerra

Para 1939, Perú albergaba la segunda comunidad japonesa más grande de América Latina, y en 1940, un incidente racial resultó en la muerte de al menos 10 japoneses y daños materiales por millones de dólares. Durante ese período, Inca Kola era muy popular en las bodegas de propiedad japonesa, que funcionaban como principales distribuidores en Lima.

Con la entrada de Estados Unidos en la guerra, Coca-Cola se convirtió en símbolo de la democracia y el esfuerzo bélico estadounidense. La marca estadounidense obtuvo contratos militares que garantizaban que el 95% de las bebidas en las bases militares estadounidenses fueran Coca-Cola, y su imagen se usó en carteles y fotografías de soldados bebiendo en botellas de vidrio.

Tras el ataque a Pearl Harbor en 1941, Coca-Cola suspendió su distribución en Perú a las bodegas japonesas. Aprovechando esta situación, la familia Lindley, ya dominante en el mercado local, fortaleció su presencia en la comunidad japonesa, convirtiéndose en su principal proveedor de bebidas gaseosas. Esto permitió que Inca Kola ganara terreno rápidamente, llenando el vacío dejado por Coca-Cola y consolidando su presencia en el mercado peruano.

Este cambio en la distribución y el aumento en la lealtad hacia Inca Kola sentaron las bases para su liderazgo en el mercado nacional, incluso en tiempos de conflicto y hostilidad hacia la comunidad japonesa en Perú.

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