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Brasil se convierte en el mayor consumidor mundial de carne de tiburón, alimentando escuelas y hospitales sin conciencia de los riesgos

Escrito por radioondapopular
agosto 2, 2025
Brasil se convierte en el mayor consumidor mundial de carne de tiburón, alimentando escuelas y hospitales sin conciencia de los riesgos





Brasil, primer consumidor mundial de carne de tiburón y riesgos asociados

Brasil, el mayor consumidor mundial de carne de tiburón

Brasil ha logrado salir del mapa del hambre de las Naciones Unidas, pero una investigación reciente del sitio ambiental Mongabay revela un oscuro secreto en las políticas alimentarias del país. Durante los últimos 20 años, las instituciones públicas brasileñas, tanto a nivel federal como estatal y municipal, han adquirido más de 5.400 toneladas de carne de tiburón, conocida en portugués como “cação”. Estas compras, valoradas en aproximadamente 112 millones de reales (unos 20 millones de dólares), se han utilizado en diversas instituciones públicas, incluyendo escuelas, hospitales, prisiones y cuarteles en todo el territorio nacional.

La estrategia de comercializarla bajo el término genérico “cação” ha contribuido a que la mayoría de los consumidores no sean conscientes de qué están ingiriendo. A pesar de que en Brasil la venta de carne de tiburón no está prohibida, este país se ha convertido en el principal consumidor del mundo de este tipo de carne. La investigación analizó 1.152 licitaciones en 542 municipios de diez estados diferentes, con compras documentadas desde 2004. Incluso, la carne ha sido incluida en los menús del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE), que alimenta a millones de niños en guarderías y escuelas públicas.

Riesgos para la salud por el consumo de carne de tiburón

El consumo de carne de tiburón plantea serios riesgos sanitarios, debido a su alto contenido de metales pesados como mercurio y arsénico. La carne de estos animales presenta mayores niveles de contaminación que otros pescados, resultado del proceso natural de bioacumulación. Los tiburones son depredadores en la cima de la cadena alimentaria marina, lo que los hace acumular toxinas presentes en sus presas, que a su vez contienen sustancias nocivas provenientes tanto de fuentes naturales como industriales. Esto representa un peligro significativo para consumidores vulnerables, como niños, mujeres embarazadas y personas con problemas de salud.

Mientras en países como Estados Unidos se desaconseja categóricamente el ingesta de carne de tiburón en estos grupos de población, en Brasil su consumo se ha extendido a diferentes sectores. Además de alimentar a niños en las escuelas, la carne ha llegado a policías militares en Río de Janeiro, reclusos en prisiones del estado de San Pablo y pacientes en centros de salud públicos. La exposición a estos metales pesados puede ocasionar daños neurológicos y otros problemas de salud a largo plazo.

Impacto ambiental y controversias en la pesca

Por otra parte, la pesca intensiva de tiburones ha causado una disminución alarmante en sus poblaciones. Entre 1970 y 2018, las cifras muestran una reducción del 71% en las poblaciones de tiburones oceánicos, muchas de las cuales ahora están en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Aunque Brasil ha defendido la venta de carne argumentando que proviene de especies como el tiburón azul (Prionace glauca), presente en cantidades mayores en sus mares, expertos consideran esta justificación insostenible. Estudios específicos han evidenciado que en muchos casos, la carne vendida como “cação” en realidad proviene de especies amenazadas y protegidas.

Una problemática adicional es la falta de control en las licitaciones públicas, que en Brasil no exigen la identificación de la especie suministrada ni pruebas obligatorias de niveles de metales pesados. Solo algunas licitaciones incluyen controles específicos, lo que dificulta rastrear el origen y la seguridad de la carne adquirida por las instituciones públicas.

Declaraciones y resistencia política

El exalcalde de Bauru, Rodrigo Agostinho, actual presidente del Instituto Brasileño de Recursos Naturales Renovables y Ambientales (Ibama), admitió haber firmado contratos para suministrar carne de tiburón durante su gestión. Sin embargo, afirmó que enfrentó una fuerte resistencia por parte de los nutricionistas cuando propuso cambiar el suministro. Agostinho justificó el uso del “cação” por ser un pescado económico y fácil de manejar en los comedores escolares, dado que no tiene espinas. Sin embargo, la evidencia y los riesgos asociados a su consumo sugieren que esta práctica debería ser reevaluada con urgencia para garantizar la salud pública y la conservación de las especies.


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