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Red de pesca ilegal china amenaza recursos marinos en las costas de Sudamérica y cercanía a Galápagos

Escrito por radioondapopular
agosto 4, 2025
Red de pesca ilegal china amenaza recursos marinos en las costas de Sudamérica y cercanía a Galápagos

Red global de pesca ilegal en Sudamérica

La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) representa una grave amenaza en las aguas de Sudamérica. Detrás de estas operaciones existe una red compleja, avanzada y en ocasiones encubierta, que involucra actores tanto en alta mar como en tierra. La flota pesquera china, en particular, es uno de los principales protagonistas de estas actividades, que permiten a miles de embarcaciones operar fuera del control de las autoridades nacionales y regionales. Este entramado facilita la evasión de controles, socava la soberanía de los países ribereños y agota los recursos marinos del Pacífico y del Atlántico Sur.

Incremento de la actividad cerca de Galápagos

En las últimas semanas, pescadores ecuatorianos han alertado sobre la presencia de numerosos barcos chinos en las cercanías de la zona económica exclusiva (ZEE) de Galápagos. Según reportes del medio Bitácora Ambiental, al 27 de julio de 2025, embarcaciones como el Haideli708 navegaban a solo 60 millas de la ZEE insular. Estos barcos operan en la zona y en su borde exterior, sin ingresar aún en aguas jurisdiccionales ecuatorianas.

Aunque estas actividades no constituyen un delito directo, sí caen en la categoría de pesca no reglamentada y no declarada. La falta de regulación y transparencia dificulta conocer qué especies y en qué cantidades se capturan, lo que genera impactos ambientales y económicos. La ausencia de datos precisos entorpece la gestión de cuotas sostenibles y desplaza a los pescadores artesanales que dependen del calamar gigante y otros recursos similares.

Red de apoyo logístico y actores ilícitos

Un estudio reciente de C4ADS revela que el 69% de los barcos calamareros que operaron entre 2021 y 2024 en aguas frente a Sudamérica están vinculados a flotas con antecedentes de actividades ilícitas o violaciones a derechos humanos. Para mantener estas operaciones durante meses o incluso años sin regresar a puerto, se emplea un sofisticado sistema de apoyo que incluye buques de apoyo, empresas logísticas y financieras tanto en Asia como en América Latina.

Entre los tipos de embarcaciones que facilitan estas operaciones destacan los reefers o buques frigoríficos, que transfieren carga y suministros sin necesidad de volver a puerto. Se estima que el 89% de estas operaciones son controladas por empresas chinas, aunque navegan bajo banderas de conveniencia como Liberia, Panamá o Vanuatu. Un grupo reducido de 15 reefers realizó el 72% de las transacciones, transportando el 70% de la carga sospechosa.

Por otra parte, los tankers o buques tanque proveen combustible en alta mar, reduciendo la posibilidad de inspecciones terrestres. Nueve embarcaciones concentran más del 80% de estas operaciones, muchas vinculadas al Winson Group, una empresa de Singapur sancionada por el Consejo de Seguridad de la ONU por contrabando de petróleo. Además, las bases pesqueras flotantes, conocidas como FOBs, actúan como hospitales, centros de coordinación y apoyo logístico, dificultando aún más la trazabilidad de las actividades y condiciones laborales de la tripulación.

Control y vigilancia en tierra

En tierra, los agentes portuarios o port agents cumplen un papel clave en la gestión de permisos, documentación y logística de los barcos. Sin embargo, en países como Perú y Uruguay, las inspecciones y controles a menudo son insuficientes. La empresa Agental Perú, por ejemplo, ha facilitado el ingreso de barcos con antecedentes poco claros, sin una revisión exhaustiva. El puerto de Montevideo, en Uruguay, también ha sido señalado como uno de los puntos de entrada preferidos por la flota INDNR, especialmente entre 2021 y 2023.

Un caso emblemático es el del buque Zhen Fa 7, sancionado por Estados Unidos por emplear trabajo forzado. Este barco operó hasta junio de 2025 frente a las costas argentinas, usando Montevideo como base logística. Previamente, fue detectado en la zona económica exclusiva de Argentina, junto con una flota que continúa operando bajo mecanismos ilícitos y de opacidad.

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