El legado de Steve Jobs y Apple inspira el próximo gran salto en dispositivos de inteligencia artificial

La adquisición de la startup io fundada por Jony Ive por parte de OpenAI ha sacudido los cimientos de Silicon Valley y captado la atención de la industria tecnológica global. Esta alianza, que une al legendario diseñador del iPhone con el líder de la inteligencia artificial generativa, tiene como objetivo declarado crear una nueva generación de dispositivos centrados en la IA, con la ambición de superar el impacto que tuvo el iPhone en la vida cotidiana y en la economía digital.

Según Gustavo Entrala, especialista en innovación, la operación no solo representa una apuesta financiera de gran envergadura, sino que también simboliza el inicio de un nuevo ciclo tecnológico en el que la relación entre humanos y tecnología podría transformarse radicalmente.

El anuncio, realizado el 21 de mayo a través de un video grabado en San Francisco, confirmó que OpenAI adquirirá la totalidad de io, la startup creada por Jony Ive hace apenas dos años. El valor de la operación asciende a 6.500 millones de dólares, una cifra que, según Entrala, se justifica no por los productos existentes de io —que hasta ahora solo cuenta con prototipos— sino por el talento y la experiencia de su equipo.

El acuerdo se estructura como un intercambio de acciones: los fundadores e inversores de io, entre ellos la firma de diseño LoveFrom y Lauren Powell Jobs, recibirán acciones de OpenAI por el valor mencionado. De acuerdo con el Wall Street Journal, OpenAI ya poseía una participación del 23 % en io desde finales del año anterior, y la transacción, que aún debe recibir aprobación regulatoria, se espera que se cierre durante el verano.

El equipo de io, compuesto por aproximadamente 55 personas, incluye figuras destacadas como Evans Hankey, exdirectora de diseño industrial de Apple, Tang Tan, exdirector de diseño de producto, y Scott Cannon, experto en manufactura. Todos ellos pasarán a formar parte de OpenAI, mientras que LoveFrom continuará operando de manera independiente y recibirá una participación en la empresa estadounidense fundada en 2015.

Según el Wall Street Journal, la startup io asumirá la responsabilidad del diseño de todos los productos y aplicaciones de OpenAI, lo que refuerza la apuesta de la compañía por convertirse en un actor central en la tecnología de consumo.

Jony Ive es reconocido como el diseñador más influyente de las últimas décadas. Su trayectoria en Apple, donde fue el principal colaborador de Steve Jobs, dio lugar a productos icónicos como el iMac, el iPod, el iPhone, el iPad, el MacBook Air, el Apple Watch y los AirPods. Su visión situó el diseño por encima de la ingeniería y las finanzas, estableciendo una cultura en la que la forma, la ergonomía y la experiencia del usuario eran prioritarias.

Tras la muerte de Jobs en 2011, Ive permaneció en Apple hasta 2019, cuando fundó LoveFrom, un estudio de diseño que ha colaborado con marcas como Ferrari y Airbnb, y posteriormente la startup io, dedicada a la creación de productos basados en inteligencia artificial.

Sam Altman, por su parte, es el CEO de OpenAI, uno de los principales impulsores de la inteligencia artificial generativa, y ha manifestado en varias ocasiones su admiración por Steve Jobs y su interés en replicar el modelo de integración entre hardware y software que llevó a Apple al liderazgo del mercado.

Según el Wall Street Journal, Altman e Ive llevan dos años colaborando en secreto en el desarrollo de un dispositivo que, en palabras de Altman, será “el dispositivo tecnológico más espectacular que la humanidad haya visto”.

La relación entre ambos se ha forjado en torno a la amistad y la colaboración creativa. “Tengo la sensación creciente de que todo lo que he aprendido en los últimos 30 años me ha llevado a este momento”, declaró Ive.

Altman, por su parte, expresó su deseo de que el equipo aporte “algo de la alegría, el asombro y el espíritu creativo que sentí al usar una computadora Apple hace 30 años”.

El objetivo central de la alianza es desarrollar una nueva familia de dispositivos de inteligencia artificial que aspire a superar el legado del iPhone.

Según la información publicada por The New Yorker, Altman e Ive buscan crear un “ur-dispositivo” que redefina la interacción entre humanos y tecnología, alejando a los usuarios de las pantallas y acercándolos a una experiencia más natural y centrada en la voz.

La inspiración conceptual proviene de la película “Her”, en la que el protagonista interactúa con una inteligencia artificial a través de un dispositivo sin pantalla, basado en la comunicación por voz.

Aunque los detalles técnicos del dispositivo permanecen en secreto, Altman ha adelantado que no se tratará de un teléfono ni de unas gafas, sino de un aparato compacto, posiblemente similar a un amuleto o a unos auriculares, equipado con cámaras y micrófonos para la detección ambiental.

El enfoque está en la creación de un sistema operativo basado en inteligencia artificial, capaz de comprender y anticipar las necesidades del usuario, y de integrarse en un ecosistema que incluya tanto ordenadores como teléfonos inteligentes.

La intención es lanzar el producto más rápido que cualquier empresa lo haya hecho antes, con la promesa de fabricar cien millones de unidades en un tiempo récord.

Uno de los elementos más simbólicos de la operación es la participación de Lauren Powell Jobs, viuda de Steve Jobs, como inversora en io. Su implicación aporta una dimensión emocional y de continuidad histórica al proyecto, al conectar el legado de Apple con la nueva etapa que se abre en OpenAI.

Según Entrala, Powell Jobs afirmó: “La mayoría de las personas en la vida de Steve son reemplazables, pero Jony no lo es”. Esta declaración subraya la singularidad del talento de Ive y refuerza la narrativa de redención y búsqueda de sentido que impregna la alianza.

La presencia de Powell Jobs también refleja la influencia que las motivaciones personales y los vínculos afectivos tienen en la gestación de grandes proyectos tecnológicos. Entrala señala que Ive ha expresado en entrevistas recientes cierto arrepentimiento por las consecuencias sociales del iPhone y que la inspiración para buscar “algo mejor para la humanidad” proviene, en parte, de su relación con la viuda de Jobs.

El camino hacia una nueva era de dispositivos de inteligencia artificial no está exento de obstáculos. En los últimos años, varios intentos de lanzar productos disruptivos en este ámbito han fracasado. El caso más citado es el de Humane AI, una startup que desarrolló un pin de inteligencia artificial con tecnología de OpenAI, pero que no logró captar el interés del mercado y terminó siendo vendida a HP.

Otros ejemplos, como el Rabbit R1 y los dispositivos Friend y Meta AI Glasses, han tenido una acogida limitada o se han quedado en productos de nicho.

Según The New Yorker, uno de los principales riesgos de los dispositivos centrados en inteligencia artificial es la dependencia de modelos de lenguaje que aún presentan errores y “alucinaciones”. La sustitución de las pantallas por interfaces de voz plantea desafíos técnicos y de usabilidad, y la competencia con gigantes como Google, Meta y Apple añade presión a la iniciativa de OpenAI.

A estos retos se suman las preocupaciones sobre la privacidad y el impacto medioambiental. La masificación de dispositivos que escuchan, ven y registran la vida cotidiana podría agravar la sensación de vigilancia y soledad, mientras que el aumento del consumo energético asociado a los centros de datos plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo.

The New Yorker advierte que la promesa de liberar a los usuarios de la “fatiga de pantalla” podría traducirse en una presencia aún más invasiva de la tecnología en la vida diaria.

A pesar de los desafíos, las expectativas en torno al proyecto son elevadas. Según declaraciones recogidas por el Wall Street Journal, Altman asegura que ya existe un prototipo del dispositivo y que la empresa se compromete a lanzarlo al mercado en un plazo inusualmente corto. La estrategia de OpenAI apunta a consolidarse como la empresa líder en inteligencia artificial de consumo, capaz de competir con Apple, Google y Meta en la creación de productos que integren hardware y software de manera innovadora.

El impacto potencial de esta nueva familia de dispositivos podría ser comparable al que tuvo el iPhone en su momento, tanto en términos económicos como culturales. La integración de un equipo de diseño de élite, la participación de figuras históricas de la industria y la magnitud de la inversión sitúan a OpenAI en una posición privilegiada para liderar el próximo ciclo tecnológico.

Se espera que el próximo año se revelen más detalles sobre el producto, lo que mantiene en vilo a la industria y a los consumidores. Mientras tanto, la alianza entre Jony Ive y Sam Altman representa un experimento sin precedentes en la convergencia de diseño, inteligencia artificial y tecnología de consumo, con la promesa de redefinir la relación entre las personas y las máquinas en la era digital.