Joven hispana conectada a un respirador en Texas: su madre ruega por una visa humanitaria desde Durango

Una joven hispana de 19 años se encuentra internada en estado crítico en un hospital de Dallas, en Texas tras haber sido atacada por una bacteria agresiva que comprometió gravemente sus pulmones. Su madre, quien reside en Durango, México, libra una batalla paralela: obtener una visa humanitaria que le permita cruzar la frontera para acompañarla.

Ximena Valenzuela estaba cursando la preparatoria en Texas cuando, hace poco más de un mes, su salud se deterioró de manera súbita. Fue hospitalizada de emergencia, y los médicos detectaron que una bacteria había invadido su sistema respiratorio. Desde entonces, permanece en la unidad de cuidados intensivos, conectada a ventilación mecánica y con soporte cardiopulmonar, según consta en la carta médica presentada por su familia.

Mientras el personal del hospital intenta estabilizarla, en Durango, su madre, Rosa Ortega, eleva plegarias en voz alta y documenta cada movimiento legal con la esperanza de reunirse con su hija. “Te pedimos que le renueve sus pulmones, que ella empiece a respirar por sí sola”, dice entre sollozos. Rosa solicitó en primera instancia un permiso humanitario que fue negado. No obstante, no se dio por vencida y gestionó una segunda solicitud, esta vez urgente y respaldada con documentos médicos detallados.

Desde su casa en Durango, Rosa Ortega mantiene la esperanza de que su hija reaccione si siente su presencia. “Mi corazón de madre me dice que me necesita, que a lo mejor ella puede tener una recuperación, que puede que sienta mi calor”, dijo frente a las cámaras, en declaraciones transmitidas por Univisión.

Los doctores han informado a la familia que el estado de Ximena es crítico, y que, en algunos momentos, han debido tomar decisiones difíciles. Ortega ha solicitado que las autoridades tanto mexicanas como estadounidenses intercedan. “Yo lo que pido, suplico que alguien se toque el corazón para que yo pueda estar con ella”, insistió.

La segunda solicitud de visa humanitaria presentada por Ortega fue acompañada de una carta médica que certifica el estado grave de la joven. En ella se detalla que Ximena está bajo ventilación mecánica y recibe soporte cardiopulmonar continuo. Rosa busca que este documento sirva como sustento para sensibilizar a los responsables de aprobar su entrada temporal a Estados Unidos.

En Dallas, los amigos y la familia con la que vivía Ximena no han dejado de acompañarla a su modo. Algunos oran, otros recaudan fondos para ayudar a cubrir los elevados costos hospitalarios. Karen, una de las jóvenes con las que Ximena compartía hogar, aseguró que la casa ha cambiado desde su ausencia.

“Yo y mis hermanos la vemos a ella como una hermana. Convivimos mucho y pues pasamos por muchas cosas juntos. Por eso pues duele. Duele verla”, dijo Karen, ante las cámaras. Agregó que Ximena traía alegría a ese hogar, que ahora luce en silencio. “Le pido compasión a las autoridades de inmigración, que piensen que si ellos estuvieran en nuestro lugar, pues que nos apoyen en lo que puedan”.

Según relató el entorno de la joven, el proceso ha sido lento y cargado de incertidumbre. La comunidad ha manifestado su apoyo a la familia a través de redes sociales y donaciones en línea.

Hasta el momento, no se ha informado públicamente si la segunda solicitud de visa humanitaria presentada por Rosa Ortega ha sido aceptada o si se encuentra en fase de análisis. Univisión indicó que la madre ha puesto sus esperanzas en el trabajo de los representantes estatales en EEUU y en las autoridades mexicanas, aunque no se ha obtenido respuesta oficial.

En estos casos, el permiso humanitario está sujeto a una evaluación caso por caso, y no existe garantía de aprobación, aun con documentación médica. La política migratoria de Estados Unidos permite excepciones por razones humanitarias, pero estas son infrecuentes y generalmente reservadas para situaciones extraordinarias o de vida o muerte, como la que enfrenta Ximena.

Mientras tanto, la situación médica de la joven permanece sin cambios positivos reportados. El silencio de las autoridades se contrapone al clamor cada vez más urgente de una madre que no quiere que su hija enfrente sola el momento más difícil de su vida.