Nueva biografía revela vínculos del príncipe Andrés con Jeffrey Epstein, acusaciones de abusos y amenazas a la monarquía británica

El escándalo del príncipe Andrés: nuevas revelaciones que amenazan a la monarquía británica

Una reciente biografía sobre el príncipe Andrés ha puesto en jaque la reputación de la monarquía del Reino Unido. Tras cuatro años de investigación exhaustiva y entrevistas con numerosos testigos, el libro revela detalles inéditos sobre la relación del duque de York con Jeffrey Epstein. Además, se describen presuntos episodios de excesos, abusos sexuales, manipulación y chantaje que involucran al miembro de la realeza.

Las revelaciones incluyen testimonios de testigos y detalles sobre la participación de Ghislaine Maxwell, la socialité británica y pareja del difunto pedófilo. La biografía, escrita por Andrew Lownie y que se lanzará oficialmente el próximo 14 de agosto, evidencia cómo el vínculo entre Andrés y Epstein se fortaleció a través de Maxwell. Documentos bancarios muestran que, entre 1999 y 2007, Epstein transfirió más de 30 millones de dólares a Maxwell, quien supuestamente facilitó contactos con jóvenes para satisfacer los deseos del magnate y sus asociados, entre ellos, el propio príncipe.

Detalles de los viajes y encuentros en destinos exclusivos

Las conexiones entre Andrés, Maxwell y Epstein tuvieron lugar en lugares de lujo como la isla privada de Epstein en las Islas Vírgenes, Nueva York, Palm Beach, Balmoral y Sandringham. Según el Daily Mail, en febrero de 1999, el príncipe viajó en un jet privado junto a Maxwell a la isla Little St. James, donde empleados aseguran haberlo visto en situaciones comprometedoras con jóvenes. Un testigo recuerda: “Lo vi en un balcón tocando a chicas en plena luz del día. Le saludé diciendo ‘Buenos días, su alteza’”.

Además, Epstein organizó cenas y fiestas en las residencias del príncipe en Manhattan y Florida. Empleados como Ivan Novikov relataron que Andrés frecuentaba estos eventos en compañía de jóvenes, algunas de ellas consumiendo drogas, en ambientes donde la presencia de menores era habitual. Estas actividades, según las fuentes, muestran un patrón de conducta que ahora es objeto de investigación y acusaciones.

Testimonios que apuntan a conductas inapropiadas y abusos

Las acusaciones de abuso sexual se multiplican a partir de testimonios en los medios. Virginia Giuffre, antes conocida como Virginia Roberts, afirmó bajo juramento que, siendo menor de edad, Maxwell la seleccionó para encuentros sexuales con el príncipe en Londres, Nueva York y la isla de Epstein. Giuffre relata episodios en los que fue obligada a mantener relaciones con Andrés y Epstein, en ocasiones en orgías con otras jóvenes menores de 18 años.

El Daily Mail también difundió que empleados como Debra Gale, la ama de llaves, vieron a Andrés en la residencia de Epstein en Palm Beach. En su declaración, Gale afirmó que entregó sobres con sumas de hasta 25.000 dólares a las jóvenes que acompañaban al príncipe y que, en varias ocasiones, utilizaba su estatus real para obtener favores y beneficios personales.

La cobertura mediática también revela los esfuerzos del Palacio de Buckingham por limitar el daño a la imagen del príncipe y de la monarquía. La periodista estadounidense Amy Robach afirmó que la Casa Real conoció el testimonio de Giuffre y que intentó frenar su difusión mediante amenazas y presiones, lo que, según ella, permitió que Epstein y sus socios continuaran con sus actividades ilícitas.

Estos nuevos datos alimentan un escándalo que podría tener profundas repercusiones para la institución monárquica, en una época en la que la transparencia y la rendición de cuentas cobran cada vez más importancia en la opinión pública global.