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El síndrome del impostor: cómo convertir la duda en una oportunidad de crecimiento personal, según expertos de Harvard

Escrito por radioondapopular
agosto 8, 2025
El síndrome del impostor: cómo convertir la duda en una oportunidad de crecimiento personal, según expertos de Harvard

El síndrome del impostor: un fenómeno que puede ser una oportunidad de crecimiento

Sentirse incapaz ante nuevos desafíos, dudar de la propia valía o temer ser descubierto como un fraude son experiencias comunes en personas de todos los ámbitos, desde científicos hasta artistas. Este fenómeno, conocido como síndrome del impostor, ha sido estudiado por expertos como Arthur C. Brooks, profesor de Harvard, quien señala que puede convertirse en una señal de desarrollo personal si se aborda de manera adecuada.

Origen y alcance del síndrome

El síndrome del impostor fue identificado por primera vez en 1978 por las psicólogas Pauline Rose Clance y Suzanne Imes, quienes publicaron un artículo en la revista Psychotherapy: Theory, Research and Practice. Aunque inicialmente se centraron en mujeres de alto rendimiento, investigaciones posteriores demostraron que afecta a todos los géneros y grupos sociales.

Hoy en día, cualquier persona puede experimentarlo, independientemente de su edad o profesión. Como destaca Brooks en su columna en The Atlantic, suele ser más frecuente en adultos jóvenes y en situaciones donde la confianza de los demás resulta clave. La experiencia de figuras reconocidas como Albert Einstein, quien temía ser un “estafador involuntario”, o Natalie Portman, que admitió sentirse como un fraude en su carrera, evidencia la universalidad del fenómeno.

Impacto en la vida moderna y las redes sociales

En la era digital, las redes sociales han amplificado esta percepción, ya que permiten mostrar solo los logros y ocultar las dificultades reales. Según Brooks, esto puede generar una impresión constante de fracaso o de ser un impostor, especialmente al compararse con los logros de otros. El fenómeno afecta especialmente a profesiones exigentes, como la medicina, donde una encuesta de 2021 reveló que más del 75% de los residentes quirúrgicos experimentaron sentimientos intensos de impostura.

Asimismo, en el ámbito familiar, algunos padres sienten la presión de cumplir con la confianza que sus hijos depositan en ellos. National Geographic subraya que uno de los mayores desafíos consiste en evitar que el síndrome paralice a quienes lo padecen, aunque en ciertos casos puede motivar un rendimiento superior en tareas específicas.

Consecuencias y estrategias para gestionarlo

Una gestión inadecuada del síndrome puede tener consecuencias negativas, como limitar el aprendizaje, disminuir la satisfacción laboral o generar agotamiento. Brooks advierte que el autodesprecio constante puede desembocar en trastornos como la depresión y la ansiedad. En palabras del experto, “si te dices a ti mismo que eres solo un impostor, te sentirás impulsado a mejorar, pero esto puede tener un alto costo psicológico”.

Para transformar esta experiencia en una oportunidad de crecimiento, Brooks propone tres estrategias clave:

  • Practicar la autocompasión y reconocer los logros personales.
  • Reestructurar la autocrítica en una motivación constructiva.
  • Buscar apoyo y compartir estas experiencias con personas de confianza.

En definitiva, entender y gestionar el síndrome del impostor puede facilitar un camino hacia la autoconfianza y el desarrollo personal, siempre que se aborde con conciencia y estrategia.

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