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Descubren el virus responsable del extraño fenómeno de conejos con tentáculos en Estados Unidos

Escrito por radioondapopular
agosto 14, 2025
Descubren el virus responsable del extraño fenómeno de conejos con tentáculos en Estados Unidos

En los parques y calles de Fort Collins, Colorado, un fenómeno que ha capturado la atención de residentes y usuarios de redes sociales ha generado preocupación y curiosidad. En diversas zonas, se han observado conejos con crecimientos negros sobresaliendo de sus cabezas y rostros, formando figuras que parecen cuernos, púas o tentáculos retorcidos. Estos extraños avistamientos han provocado que muchos los tildaran de «conejos zombis» o «conejitos de Frankenstein», en medio de un debate que combina misterio, cultura popular y ciencia.

Lo cierto es que detrás de estas imágenes impactantes se encuentra una explicación científica. Los conejos afectados en Fort Collins padecen una infección causada por el virus del papiloma de Shope, una enfermedad relativamente común en estos animales, especialmente en conejos de cola de algodón. Aunque su aspecto pueda parecer alarmante, esta condición no representa ningún riesgo para los humanos ni para otras mascotas. Se trata de un virus específico que provoca tumores verrucosos en la cabeza y el rostro de los conejos, los cuales en algunos casos toman formas alargadas o endurecidas que evocan astas o tentáculos, según estudios especializados.

Este virus fue descubierto en los años 30 por el investigador Richard E. Shope, en la Universidad Rockefeller. Sus investigaciones con conejos salvajes permitieron entender mejor la relación entre infecciones virales y el desarrollo de tumores, aportando conocimientos fundamentales para el estudio del cáncer en humanos, especialmente en relación con el virus del papiloma humano (VPH). De hecho, el virus de Shope comparte similitudes genéticas con el VPH, que en humanos puede ocasionar desde verrugas benignas hasta carcinomas de cuello uterino o de piel.

Las autoridades locales, como la Oficina de Vida Silvestre de Colorado, han aclarado que la transmisión del virus entre conejos ocurre principalmente por picaduras de pulgas, garrapatas o mosquitos, que actúan como vectores. Además, puede propagarse por contacto directo, aunque esta vía es menos frecuente. La mayor incidencia se registra en temporadas cálidas, cuando la actividad de estos insectos aumenta.

Los tumores que genera el virus pueden dificultar la alimentación o la visión cuando se localizan cerca de los ojos o la boca. Sin embargo, la mayoría de los conejos infectados logra sobrevivir, y en algunos casos, su sistema inmunológico combate la infección logrando que los tumores desaparezcan con el tiempo. Aunque en la mayoría de los casos los crecimientos son benignos, existe una posibilidad de que evolucionen a carcinomas de células escamosas, un tipo de cáncer de piel potencialmente mortal si no se detecta a tiempo.

Este fenómeno reaviva la relación entre la salud animal y la investigación médica, pues el virus del papiloma de Shope fue clave para descubrir cómo las infecciones virales pueden inducir el cáncer. La historia de estos conejos en Fort Collins nos recuerda que muchas enfermedades en animales ofrecen valiosas pistas para entender y prevenir patologías humanas. Sin embargo, las autoridades aconsejan mantener una distancia prudente de animales silvestres visibles enfermos, ya que otras zoonosis pueden transmitirse y representar un riesgo mayor.

En definitiva, estos conejos con «tentáculos» son un ejemplo de cómo la ciencia ayuda a explicar fenómenos que, a simple vista, parecen sacados de un relato de terror. Aunque su aspecto sea impactante, la infección no es peligrosa para las personas y forma parte de la naturaleza, donde la convivencia con la fauna sigue revelando sorprendentes historias que merecen ser comprendidas y respetadas.

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