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Aileen Wuornos: La asesina serial que estremeció EE.UU.

Escrito por radioondapopular
julio 24, 2025
Aileen Wuornos: La asesina serial que estremeció EE.UU.

Aileen Wuornos fue ejecutada en 2002 en Florida tras ser condenada por el asesinato de siete hombres en ese estado. La imagen pública que dejó su último día en la vida muestra a una mujer sin remordimientos, concentrada en su furia y lista para aceptar su culpabilidad ante la justicia estadounidense. Su historia desafía las nociones tradicionales de los relatos criminales, ya que su trayectoria no surge de la ambición o la búsqueda de poder, sino de una infancia marcada por la violencia, el abandono y la marginalidad.

Las confesiones, cartas y declaraciones de Wuornos ante los tribunales aportan una visión compleja de su vida y sus acciones. En una misiva dirigida a la Corte Suprema de Florida a fines de 2001, expresó con crudeza: “Maté a esos hombres, los robé tan fríos como el hielo. Y lo volvería a hacer también”. Hasta los 33 años, Wuornos no había cometido homicidio alguno; su vida estuvo plagada de delitos menores, vagando entre la calle y la cárcel. Sin embargo, todo cambió la noche en que Richard Mallory, uno de sus supuestos agresores, intentó violarla.

Según su relato, Wuornos respondió disparándole varias veces en defensa propia, matando al hombre en ese momento. A partir de ese evento, sus crímenes no cesaron. Wuornos solía ofrecerse sexualmente a automovilistas, subir a sus autos armada y, tras una transacción, disparar contra sus víctimas, muchas veces en múltiples ocasiones. Luego arrojaba los cuerpos en las carreteras, robando sus pertenencias. La policía de Florida no logró identificarla de inmediato, pero la pista definitiva surgió cuando Wuornos perdió el control de un auto robado, chocó contra un poste y escapó con su pareja, Tyria Moore. Testigos que la vieron huir proporcionaron una descripción detallada, lo que llevó a su captura y confesión.

En prisión, Wuornos expresó su odio hacia la vida y el deseo de morir, llegando a afirmar que, si tuviera oportunidad, volvería en un «Día de la Independencia» con Jesús, en una referencia a una escena del filme homónimo. La policía la acusó formalmente de siete asesinatos ocurridos entre 1989 y 1990, en rutas rurales de Florida, donde abordaba a sus víctimas en autos para luego asesinarlas tras una transacción sexual. El primero fue Richard Mallory, un exconvicto por delitos sexuales que, según Wuornos, la agredió. Las siguientes víctimas fueron David Spears, Charles Carskaddon, Peter Siems, Troy Burress, Dick Humphreys y Walter Antonio, aunque el cuerpo de Siems nunca fue localizado, las evidencias apuntaron a su muerte.

El caso de Wuornos generó impacto a nivel nacional, en parte por su carácter de mujer depredadora en un escenario dominado por hombres. El sargento Bob Kelley del Departamento del Sheriff del condado de Volusia la calificó como “la primera depredadora femenina que conozco, que cazaba víctimas inocentes y las asesinaba”. Sus crímenes se cometieron en la clandestinidad de las carreteras, abordando autos en rutas de Florida, lo que sembró temor en las comunidades rurales y atrajo la atención de los medios.

Su infancia fue marcada por el abandono, la violencia y el abuso. Nacida en Rochester, Michigan, en 1956, perdió a su padre en prisión y fue criada por sus abuelos, donde sufrió abusos físicos y sexuales. A los 15 años quedó embarazada y entregó a su hijo en adopción. Desde entonces, su vida fue una constante lucha por sobrevivir, dependiente del Estado y recurriendo a la prostitución en varias ocasiones. Tras un breve matrimonio y una relación en Daytona Beach, Wuornos empezó a asesinar en serie, una historia que ha sido objeto de análisis y debate, en particular por su doble condición de víctima y victimaria.

Su caso fue ampliamente divulgado en medios, cine y literatura. La actriz Charlize Theron interpretó a Wuornos en la película “Monster” (2003), ganando un Oscar por su papel. La narrativa sobre su vida generó divisiones en la opinión pública, algunos la vieron como una víctima de las circunstancias y otros como una asesina despiadada.

El caso también sirvió para reflexionar sobre los límites entre la legítima defensa y el asesinato premeditado. La frialdad con la que actuaba, su condición de mujer en un mundo violento y su historia de abusos infantiles convirtieron a Wuornos en un caso sin precedentes en la historia criminal de Estados Unidos. Hasta su ejecución en 2002, Wuornos mantuvo su postura de que solo actuó en defensa propia, y

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