Britney Alfaro, exconductora de Bingo Hot, enfrenta una condena de diez años de cárcel: ¿quién es y qué delitos cometió?

Britney Alfaro, conocida por su participación en programas de entretenimiento durante la pandemia, ha sido condenada a 10 años de prisión efectiva por su implicación en delitos relacionados con el tráfico de marihuana. La sentencia se emitió después de una exhaustiva investigación que demostró su participación en la distribución de drogas desde un departamento en Comas, donde residía con su entonces pareja, Arthur Torres.

La operación policial que llevó a la condena ocurrió el 23 de agosto de 2022, cuando agentes de la Policía Nacional, con autorización judicial, ingresaron a un inmueble en la urbanización Santa Luzmila, tras recibir denuncias por presunta venta de estupefacientes. En el lugar, se incautaron más de cinco kilos de marihuana distribuidos en envases, junto con balanzas digitales, dinero en efectivo y documentos personales que vinculaban a los sospechosos con la propiedad. La evidencia también incluía mobiliario y pertenencias que confirmaban que tanto Alfaro como Torres residían y operaban en ese domicilio, que servía como punto de acopio y distribución de la droga.

El análisis forense y los testimonios recopilados durante la investigación fortalecieron el caso en el juicio, en el que se demostró que la pareja actuaba en conjunto para almacenar y repartir marihuana de manera sistemática. Además de las penas de prisión, ambos deberán pagar una reparación civil de 20,000 soles y afrontar una multa por tráfico agravado de drogas. La sentencia también incluye una inhabilitación para ejercer funciones públicas por más de siete años.

Alfaro, quien ganó popularidad como presentadora del programa online «Bingo Hot» durante la pandemia, explicó que dejó la conducción por motivos logísticos y económicos, y que posteriormente se involucró en negocios relacionados con la moda y plataformas digitales. Sin embargo, su nombre volvió a la palestra tras la operación policial que la vinculó con el tráfico de drogas, un caso que ha conmocionado a la opinión pública y que aún está en proceso de apelación.

El tribunal valoró diversas pruebas, como las actas de intervención, fotografías del lugar, análisis químicos, testimonios de vecinos y videos de cámaras de seguridad, que confirmaron la participación activa de los acusados en una operación de tráfico de marihuana. La evidencia mostró que no se trataba simplemente de una posesión, sino de una actividad organizada destinada a facilitar el consumo y comercialización ilícita. La sentencia refleja la gravedad de los hechos y la decisión del sistema judicial de sancionar con dureza estos delitos.