Crisis en Bolivia: Destituyen al Ministro de Justicia por condena previa en caso de corrupción

Crisis en el gabinete del nuevo gobierno boliviano tras destitución de ministro de Justicia

A poco más de un mes de la toma de posesión del presidente Rodrigo Paz en Bolivia, su administración enfrenta una crisis interna que ha puesto en jaque a su gabinete. El ministro de Justicia, Freddy Vidovic, quien ocupó el cargo por apenas 11 días, fue removido tras revelarse que en 2015 fue condenado a tres años de prisión por cohecho en favor del empresario peruano Martín Belaúnde. Este exasesor del expresidente Ollanta Humala fue extraditado a Perú por su presunta implicación en un caso de corrupción que también afectó a la administración de aquel país, resultando en la cárcel del exmandatario peruano.

Reemplazo y antecedentes legales

Según informó el ministro del Interior, Marco Antonio Oviedo, el reemplazo de Vidovic será el abogado José García Pinto. La decisión se tomó porque el exministro tenía una sentencia firme que le impedía asumir cargos públicos. La sentencia, dictada el 20 de mayo pasado por el Juzgado Primero de Instrucción en lo Penal Cautelar de La Paz, se basó en que Vidovic se acogió a un proceso abreviado y que, por ello, no podía ejercer funciones estatales. La resolución también restringe sus derechos para ocupar cargos públicos, debido a delitos como favorecimiento a la evasión y cohecho activo. Oviedo aseguró que la información fue enviada al presidente Paz para su conocimiento.

## El caso Belaúnde y su impacto en Bolivia

El escándalo en torno a Martín Belaúnde, que salió a la luz en 2014-2015, desencadenó una grave crisis política y diplomática en Bolivia. Belaúnde, peruano, fue detenido en Bolivia en diciembre de 2014 mientras cumplía arresto domiciliario, pero logró escapar cinco días después. La fuga generó una intensa búsqueda que culminó con su captura en Magdalena, Beni, en 2015. La investigación reveló presuntas irregularidades, incluyendo abusos policiales, sobornos y maniobras clandestinas, que habrían facilitado su evasión.

Acusaciones y polémicas

Autoridades peruanas y bolivianas señalaron que el proceso estuvo marcado por sobornos, protección política y reuniones secretas con altos funcionarios. La Fiscalía peruana vincula a Belaúnde con una organización criminal relacionada con el caso Antalsis, y lo acusa de delitos como colusión y tráfico de influencias. La fuga de Belaúnde también provocó críticas en Perú, donde el entonces presidente Ollanta Humala negó haber protegido al empresario.

Por su parte, las autoridades bolivianas detuvieron a varias personas vinculadas con la fuga, incluyendo custodios, familiares y otros colaboradores. La investigación apunta a que hubo apoyo económico para facilitar su escape y que la detención domiciliaria era vulnerable. La historia de Belaúnde se convirtió en un símbolo de la corrupción y la politización del sistema judicial en la región.

Implicaciones internacionales

El caso tuvo repercusiones internacionales, intensificando las tensiones entre Bolivia y Perú. La controversia también implicó a figuras políticas y policiales, quienes podrían haber actuado al margen de la ley para favorecer la fuga del empresario. La historia de Belaúnde continúa siendo un símbolo de los desafíos que enfrentan ambos países en la lucha contra la corrupción y la impunidad.