Crisis en Gaza: jóvenes, ancianos y enfermos mueren de inanición

Palestinos en Gaza enfrentan una grave crisis de hambre y desnutrición en medio del conflicto

En la ciudad de Gaza, la situación humanitaria ha alcanzado niveles alarmantes debido a la severa escasez de alimentos y recursos básicos. En medio de esta crisis, muchos palestinos acuden a comedores sociales con la esperanza de recibir ayuda, aunque la disponibilidad sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades de la población, que supera los dos millones de habitantes.

Uno de los casos más desgarradores es el de Atef Abu Khater, un adolescente de 17 años que, antes del conflicto, gozaba de buena salud. Actualmente, se encuentra en cuidados intensivos en un hospital al norte del enclave, sufriendo una desnutrición severa que no responde a ningún tratamiento. Su padre, A’eed Abu Khater, de 48 años, relata en una llamada telefónica la impotencia que sienten; junto a su esposa y sus cinco hijos, viven refugiados en una tienda de campaña. La guerra ha destruido sus ingresos y la comida se ha vuelto inasequible, sin esperanza de una pronta recuperación.

Los hospitales de Gaza están desbordados, atendiendo a cientos de heridos y mutilados por ataques aéreos israelíes y tiroteos que dispersan a las multitudes desesperadas que buscan ayuda. Sin embargo, cada día, más pacientes mueren por inanición. El Dr. Ahmed al-Farra, jefe de la unidad pediátrica en el Hospital Nasser, denuncia que la cantidad de niños que mueren por desnutrición ha aumentado exponencialmente en los últimos días. Muchas de estas víctimas infantiles, como la pequeña Siwar Barbaq, de 11 meses, que debería pesar cerca de 9 kilos, pesan menos de la mitad, con un peso inferior a los 4 kilos.

El conflicto, que comenzó con el ataque liderado por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, ha provocado un bloqueo total que impide la entrada de alimentos y suministros esenciales. Durante más de 80 días, Israel ha restringido severamente la ayuda, acusando a Hamás de desviar convoyes y sabotear la distribución. La comunidad internacional, incluyendo las Naciones Unidas, advierte que la hambruna en Gaza es inminente y que la situación podría empeorar aún más.

Las escenas de niños esqueléticos y padres desolados contrastan con la realidad de los alimentos almacenados en los países vecinos, donde, a solo unos kilómetros, la abundancia parece inalcanzable para los habitantes de Gaza. La madre de Mohammed Zakaria, un niño de 18 meses que vive en una tienda de campaña, narra que su hijo nació sano, pero la desnutrición y la pobreza han provocado su debilitamiento. La madre, Alaa Al-Najjar, llora por Yehia, su bebé de tres meses que murió por falta de alimentación en el Hospital Nasser, víctima de la crisis alimentaria.

La ayuda humanitaria llega a Gaza mediante dos vías principales: un sistema gestionado por contratistas privados estadounidenses, criticado por su ineficiencia, y convoyes de organizaciones internacionales. Sin embargo, ambos canales se enfrentan a obstáculos, incluyendo enfrentamientos armados en los puntos de distribución, que dificultan la entrega de ayuda. La narrativa oficial de Israel acusa a Hamás de saquear ayuda y de manipular la narrativa de hambruna, mientras que las organizaciones humanitarias denuncian bloqueos y restricciones que impiden salvar vidas.

La situación continúa agravándose, con las muertes por desnutrición aumentando y los hospitales en crisis. Los médicos advierten sobre los efectos a largo plazo en la infancia, como daños en el desarrollo cognitivo y emocional. La comunidad internacional busca mediar en negociaciones para un cese del fuego que permita el ingreso de ayuda y la liberación de rehenes, pero la esperanza de una solución rápida aún es débil frente a la magnitud del sufrimiento.