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David Berkowitz, el «Hijo de Sam»: de su infancia problemática a su captura tras 13 meses de terror en Nueva York

Escrito por radioondapopular
agosto 10, 2025
David Berkowitz, el «Hijo de Sam»: de su infancia problemática a su captura tras 13 meses de terror en Nueva York





El fin del reinado del Hijo de Sam: historia y captura

El inicio del terror en Nueva York

El 10 de agosto de 1977, la ciudad de Nueva York despertó con la noticia del fin de una de las épocas más oscuras de su historia criminal. Tras una investigación que duró trece meses, la policía arrestó a David Berkowitz, conocido como «El Hijo de Sam». Este megacriminal se convirtió en uno de los serial killers más temidos en Estados Unidos, dejando una huella indeleble en la memoria colectiva del país.

Orígenes y antecedentes de Berkowitz

Nacido el 1 de junio de 1953, David Berkowitz fue adoptado poco después de su nacimiento por Nathan y Pearl Berkowitz, una pareja residente en el Bronx. Desde su infancia, su ambiente familiar mostró signos de dificultades, con episodios de violencia y depresiones recurrentes. Berkowitz relató que, en su niñez, sufría ataques y convulsiones en los que sentía una presencia externa que lo dominaba. La muerte de su madre adoptiva, por cáncer de mama, cuando él tenía 18 años, profundizó su aislamiento y sentimientos de desarraigo.

Servicio militar y cambios personales

Tras completar la secundaria en 1971, Berkowitz ingresó en el Ejército de Estados Unidos, sirviendo en Corea del Sur durante tres años. A su regreso a Nueva York, mantuvo un breve contacto con su madre biológica, quien no quiso reconocerlo oficialmente. Este descubrimiento y otros sucesos personales marcaron un punto de inflexión en su vida. Poco tiempo después, Berkowitz empezó a interesarse por el ocultismo, la brujería y el satanismo, explicando en ocasiones sus acciones criminales como influencias demoníacas. Sin embargo, posteriormente aclaró que esas explicaciones respondían más a una autoconvencimiento que a una realidad sobrenatural.

La serie de asesinatos y el apodo “El asesino .44”

Entre 1976 y 1977, Berkowitz utilizó un revólver calibre .44 para cometer una serie de ataques que paralizaron la vida nocturna de Nueva York. Durante ese período, asesinó a seis personas y dejó heridas a otras siete. La mayoría de sus víctimas eran mujeres jóvenes o parejas en automóviles estacionados o en zonas residenciales. Debido al uso del arma, la prensa lo apodó inicialmente «El asesino .44».

Mensajes y símbolos en las escenas del crimen

Tras su serie de ataques, Berkowitz comenzó a dejar cartas manuscritas en las escenas del crimen y a enviar notas a periodistas. Estos mensajes, cargados de símbolos esotéricos y referencias a fuerzas ocultas, complicaron aún más la investigación policial. La prensa lo bautizó como «El Hijo de Sam» porque así firmaba sus notas y, en su primera versión, atribuía sus crímenes a un perro llamado Sam, mascota de un vecino, que supuestamente le ordenaba matar. Más tarde, Berkowitz admitió que esa historia era falsa, aunque afirmó que sentía una presión interna que no podía controlar.

Las víctimas y la captura definitiva

  • Las víctimas del «Hijo de Sam» incluyen a Rosemary Keenan, Carl Denaro, Donna DeMasi, Joanne Lomino, Christine Freund, John Diel, Virginia Voskerichian, Valentina Suriani, Alexander Esau, Sal Lupo, Judy Placido, Stacy Moskowitz y Robert Violante.
  • En 2024, la policía de Nueva York añadió a Wendy Savino a la lista de víctimas tras revisar el caso y obtener nuevos datos.

El arresto y el final del terror

El arresto de Berkowitz fue posible gracias a un detalle administrativo. La noche del asesinato de Stacy Moskowitz, una vecina llamada Cecelia Davis observó a un hombre retirando una multa de estacionamiento de su vehículo en Brooklyn. Este pequeño dato llevó a las autoridades a identificarlo. La detención de Berkowitz marcó el fin de su campaña criminal, que había sembrado el pánico en la ciudad durante meses.

Repercusiones y legado

Las noticias de su captura llenaron las portadas de los periódicos como el New York Post y Daily News, en un despliegue mediático sin precedentes. La historia del «Hijo de Sam» sigue siendo un ejemplo de cómo el misticismo y los crímenes brutales pueden entrelazarse en un caso que aún genera interés décadas después. La investigación y sus motivos continúan siendo objeto de análisis en criminología y psicología criminal.

El hijo de Sam durmiendo en una celda en 1977


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