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De plásticos a smartphones: los futuros «tecnofósiles» de la arqueología

Escrito por radioondapopular
julio 25, 2025
De plásticos a smartphones: los futuros «tecnofósiles» de la arqueología

Los tecnofósiles, restos creados por la actividad humana, podrían superar en cantidad y durabilidad a los fósiles biológicos tradicionales en el futuro. Según la revista CNN, expertos como Sarah Gabbott y Jan Zalasiewicz, de la Universidad de Leicester, exploran esta posibilidad en su libro “Discarded: How Technofossils Will Be Our Ultimate Legacy”. En él, plantean que objetos como plásticos, ropa, teléfonos y estructuras de concreto, productos de nuestra civilización, podrían convertirse en la principal evidencia fósil de la era del Antropoceno, marcando una huella geológica única que refleje la influencia humana en el planeta.

Esta hipótesis sugiere que los tecnofósiles—que incluyen materiales y objetos fabricados por humanos— podrían superar en resistencia y cantidad a los restos biológicos clásicos. Entre ellos, destacan las botellas de plástico, latas de aluminio, prendas sintéticas y dispositivos electrónicos, todos con alta probabilidad de preservación gracias a su composición y resistencia a la erosión. Diversos estudios, como uno publicado en The Anthropocene Review, amplían esta lista incluyendo concreto, fibras de vidrio, cables de cobre y espumas sintéticas, que en conjunto forman una categoría de entidades geológicas con propiedades de conservación superiores a muchas formas de vida fósil.

Gabbott señala que la producción anual de prendas textiles, con un 60% que contiene plásticos, y su resistencia a los procesos de erosión y exposición solar, podrían permitir su conservación durante millones de años en el registro fósil. Además, las fibras sintéticas y microplásticos, presentes en nuestro entorno, ofrecen la posibilidad de ser utilizados como cronómetros estratigráficos, ayudando a datar los sedimentos y determinar los períodos en que estos objetos fueron desechados. La tecnología moderna, al reemplazar materiales biodegradables en ropa y otros artículos, también favorece la conservación de estas evidencias.

Los plásticos, por su durabilidad, parecen ser los candidatos ideales para dejar su huella en el futuro, encontrándose en sedimentos oceánicos y en basureros alejados de la superficie. Estudios en Environmental Science & Technology destacan que microplásticos pueden mantenerse estables en ambientes sedimentarios por décadas, sirviendo como indicadores de la actividad humana en el siglo XXI. La ubicación de las ciudades también influye en el registro fósil: las que están en zonas elevadas, como Manchester, tienden a erosionarse, enviando restos al mar, mientras que las que están en áreas en hundimiento, como Nueva Orleans o Ámsterdam, tienen mayores posibilidades de fósilización debido a su ubicación y la subida del nivel del mar.

El impacto de las infraestructuras urbanas en la formación de tecnofósiles también es notable. Estructuras subterráneas, como pilotes y sistemas de metro, pueden preservarse casi intactas al quedar enterradas por sedimentos, mientras que los edificios superficiales tienden a desintegrarse, dejando restos dispersos que abarcarían grandes áreas urbanas. El concreto, con una producción global que supera las 500 gigatoneladas, es uno de los materiales con mayor potencial de dejar una huella perdurable en el registro geológico, especialmente en zonas con subsidencia.

Por otro lado, la estabilidad química de ciertos compuestos, como los PFAS, los compuestos perfluoroalquilados, hace que puedan actuar como trazadores en los sedimentos, resistiendo la degradación natural y sirviendo como indicadores de la presencia humana en el pasado reciente. Sin embargo, la interpretación de estos tecnofósiles será un reto para los futuros paleontólogos. Objetos como los smartphones, con su composición de plástico y vidrio, podrían parecer simplemente fragmentos sin significado, dificultando su identificación.

El impacto en la biodiversidad también será evidente. La disminución de mamíferos salvajes a solo un 4% de su diversidad original, en contraste con la proliferación de animales domesticados como vacas y pollos, marcará un cambio ecológico que se reflejará en los fósiles. Los huesos de pollo de cría industrial, por ejemplo, podrían convertirse en fósiles representativos del siglo actual, evidenciando la transformación ecosistémica causada por la actividad humana.

Las ciudades situadas en terrenos que se hunden, además, podrían conservarse en el registro geológico, dejando capas de concreto, metal y vidrio como testimonio de nuestra civilización. La presencia de estos materiales en el subsuelo, junto con la fosilización de infraestructuras y residuos, configurarán un legado fósil que narrará la historia de nuestra influencia global.

A pesar del papel positivo del reciclaje en la reducción de residuos, su impacto en la formación de tecnofósiles es complejo. La mayoría de los plásticos solo pueden reciclarse una vez antes de

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