Logo

Desabastecimiento y crisis en Gaza: la aparente abundancia de alimentos oculta una realidad de hambre y exclusión

Escrito por radioondapopular
septiembre 16, 2025
Desabastecimiento y crisis en Gaza: la aparente abundancia de alimentos oculta una realidad de hambre y exclusión

La paradoja del hambre en Gaza: alimentos visibles, pero inalcanzables

El mes pasado, el gobierno israelí lanzó una campaña en redes sociales en la que aseguraba que no existe hambruna en Gaza. En un video, mostraba restaurantes y mercados con estantes llenos de frutas y verduras, afirmando: “No hay hambruna en Gaza. Cualquier otra afirmación es una mentira”. Sin embargo, esta declaración contrasta con la realidad que enfrentan los habitantes de la Franja.

Aunque en algunas zonas del sur de Gaza es posible ver mercados con productos en las estanterías, la situación es muy distinta para la mayoría. Los precios son prohibitivos y el acceso a alimentos básicos está severamente restringido por una grave crisis económica y de liquidez. La escasez de efectivo, además de la inflación, limita la capacidad de compra de las familias.

## La crisis financiera y la escasez de dinero

Solo unos pocos con fondos en sus cuentas bancarias pueden acceder a efectivo, y deben pagar comisiones de hasta el 50% para retirar dinero. Muchos billetes están tan desgastados que las tiendas y cafeterías se niegan a aceptarlos. Como resultado, solo una minoría privilegiada puede permitirse un café por nueve dólares o una pequeña pizza por 18, mientras que la mayoría solo puede observar desde lejos.

En los mercados, la escena se repite. La mayoría de las personas pasa junto a los puestos repletos, pero no compra. Miran en silencio o se alejan rápidamente, con ojos vacíos. Los productos, aunque abundantes en apariencia, son inalcanzables para la mayoría, convirtiéndose en una cruel burla de la escasez.

## La apariencia de normalidad y la realidad oculta

En agosto, algunos productos como queso y azúcar reaparecieron en los estantes tras meses de ausencia, tras una apertura parcial de Israel para la entrada de camiones comerciales. La alegría momentánea fue contraproducente: los precios eran exorbitantes. Un kilo de azúcar costaba 70 dólares, más que la renta semanal de muchas familias antes del conflicto, y el queso, apenas suficiente para un desayuno, se vendía a 10 dólares.

No hubo compras, solo decepción. Con el tiempo, llegaron otros productos básicos como harina, huevos y aceite, pero a precios igualmente desorbitados. Un kilo de harina podía costar 45 dólares en días de mayor disponibilidad, y un huevo pequeño, hasta 5 dólares. Estos reingresos parecen ser solo para crear una imagen de normalidad, no para aliviar la hambruna.

## La cadena de suministro y la manipulación

Los alimentos no llegan directamente del productor a los mercados. Pasan por varias manos, intermediarios y mercaderes que inflan los precios desde el principio. Muchos pagan sobornos o “cuotas de protección” a grupos armados, y algunos acaparan suministros para revender más caros. Para cuando los productos alcanzan los estantes, su valor se ha multiplicado, convirtiéndolos en artículos de lujo en lugar de alimentos para la población.

Estas entradas controladas de mercancías también sirven como una forma de tortura. Israel sabe que la mayoría de los palestinos están desempleados y dependen de la ayuda internacional. La crueldad radica en permitir la entrada de algunos productos, solo para burlarse y torturar a la población, jugando con sus necesidades.

## La realidad de la hambruna y su impacto humano

Para muchas madres, contar las shekels en sus manos no alcanza para comprar alimentos. Los padres evitan mirar a sus hijos hambrientos, avergonzados por no poder brindarles una comida, incluso cuando las estanterías están llenas de productos inaccesibles. Cada viaje al mercado se convierte en una humillación, un recordatorio de la lucha constante por sobrevivir.

La hambruna en Gaza no es un desastre natural ni consecuencia de fallas económicas, sino una estrategia deliberada de ocupación. La ocupación israelí ha diseñado una forma de hambre controlada, que se mantiene mediante un bloqueo, bombardeos y caos inducido. Israel lanzó campañas de propaganda justo antes de que organismos internacionales confirmaran la existencia de hambruna en Gaza, tras la muerte de al menos 376 palestinos por inanición, en su mayoría niños.

## La indiferencia internacional

Mientras tanto, la comunidad internacional ha respondido con condenas vagas, sin tomar medidas concretas. Prefieren mirar las imágenes de los mercados en Gaza, en lugar de reconocer la realidad de una hambruna planificada y en marcha. La situación sigue deteriorándose, con la promesa de que Israel planea cortar aún más la ayuda en el norte de Gaza.

En conclusión, la crisis en Gaza es una forma de cruel manipulación y genocidio silencioso. La población vive en una parodia de normalidad, donde el alimento está presente solo en los estantes y en las imágenes, pero nunca en sus mesas.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *