HERNÁNDEZ: SE DEBE INCLUIR A PEQUEÑOS PRODUCTORES EN DESARROLLO INDUSTRIAL PARA GENERAR EMPLEOS PERDIDOS EN PANDEMIA

RCR, 19 de agosto de 2020.- José Manuel Hernández, exministro de Agricultura y consultor en temas de desarrollo, señaló la necesidad de aplicar el mecanismo de obras por impuesto a las empresas agroexportadoras para incluir a los pequeños productores agropecuarios en el desarrollo industrial del sector y generar empleos que se han perdido durante la pandemia. También recomendó incentivar la formalización de las pequeñas empresas con créditos blandos.

“Cuando fui ministro he planteado una propuesta simple: que el mecanismo de obras por impuesto se extienda a las empresas del sector agrario, principalmente a las agroexportadoras, para que creen fondos de desarrollo tecnológico y apoyar con capacitación a los pequeños agricultores. Lamentablemente, esta propuesta se quedó en el tintero, pero eso puede permitir toda la cadena de valores del agricultor”, indicó a través de Red de Comunicación Regional (RCR).

En un libro que publiqué he propuesto el autogravamen para promover la modernización de los cultivos, indicó. “La agroexportación debe ser la locomotora que jale a la pequeña y mediana agricultura. También debe haber incentivos económicos a las pequeñas empresas para que se formalicen, dando créditos blandos a las empresas que aportan a Essalud o que trabajan con Sunafil. Esa es una propuesta que yo he desarrollado pero que se quedaron ahí. De esa manera, podemos tener un sector rural más equilibrado y más desarrollado”, dijo.

Políticas tributarias

Enfatizó que en el sector agrícola necesitamos políticas tributarias realmente promotoras para el desarrollo agrario, porque la modernidad en el sector agrario genera empleos formales. “El agro genera uno de cuatro empleos a nivel nacional y hoy está absorbiendo toda esa mano de obra que ha regresado de las ciudades de la Costa hacia el interior del país”, indicó.

Expresó que el sector agropecuario participa con un 33% del 73% de informalidad que existe en todas las actividades productivas. “Un estudio más completo que ha publicado la Cámara de Comercio de Lima ha identificado a casi 10 millones de empresas a nivel nacional, sin embargo 7.5 millones de empresas eran informales y solo 2.5 millones era formal. El sector agropecuario tiene la mayor participación en la informalidad con el 33%, donde hay casi 2 millones 200 mil productores con bajo nivel de productividad”, manifestó.

“Chile tiene más formalidad que nosotros. En el Perú el problema no solo es el factor tributario o los altos costos laborales, sino que se ha formado una cultura de sacar la vuelta en todo, porque no hay fuentes de trabajo y no crece la economía con industrias que añadan valor agregado, entonces generamos nuestro propio trabajo, busco el autoempleo, lo que hace la gente. Ese autoempleo está permitiendo sobrevivir a la gente”, comentó.

Enfatizó que siempre se ha dicho que somos un país con una alta informalidad, pero esta pandemia nos ha desnudado. “Sin embargo, también se le echa la culpa a la informalidad de la gran contaminación, en tanto otros sostienen que gracias a esta informalidad está buscándose de alguna u otra manera la forma de sobrevivir. Hay que hacer algo, es el momento de hacer una cruzada para ver como logramos salir de esta pandemia, pero a la vez como logramos generar trabajo formal, porque el trabajador informal está  desprotegido y se refugia en sectores con poca productividad”, apuntó.

Aseveró que el Estado y los políticos ven eso como algo normal, pero esto no debe ser así, porque estas personas deben ser sujetos de crédito, deben tener seguro social, deben tener protección, deben tener buenos permisos de salud, deben tener educación. “Por ejemplo, en el área rural deben tener buenas carreteras, buenos puentes, buenos caminos vecinales. Eso en otros países se ha resuelto de distintas maneras”, anotó.

Pandemia ha generado curvas cruzadas

Hernández explicó que durante la pandemia en el Perú se han generado dos curvas cruzadas. “Una curva que es de la pandemia que es como un cerro que va hacia arriba, y una curva de la economía que va hacia abajo, que es un cerro invertido. Esperamos que este año un PBI con crecimiento muy negativo, algunos estiman entre 15 y 18 y otros entre 18 y 20%”, subrayó.

“Lo cierto es que ya el Banco Mundial hace un par de meses señalaba que estaríamos alrededor de 12% de caída en el PBI. Esto impacta en el bolsillo de las familias peruanas y un primer impacto va a ser dejar de trabajar. Las estadísticas oficiales señalan 6 millones 700 mil puestos de trabajo perdidos en esta pandemia, es decir esa cantidad de compatriotas están pateando latas y tienen que buscársela para llevar un pan a la casa”, precisó.

Sin embargo, mencionó que cifras extraoficiales señalan que este año estaríamos hablando a nivel nacional de 9 millones de desempleados, lo cual sería una catástrofe nacional para el trabajador y sobre todo para las familias más pobres, que son las que sienten con mayor crudeza esta pandemia”. “Ahí es donde debemos pensar”, remarcó.

“Nuestro modelo de desarrollo ha sido desnudado con esta pandemia, porque el desarrollo económico y social son dos caras de la misma moneda. Nosotros tenemos que apoyar el desarrollo social, porque la mano invisible del mercado no resuelve los problemas sociales, lo que ha generado es dificultad y asimetría que debe resolver el Estado con servicios para lograr un mejor equilibrio y eso lo que han hecho los países desarrollados”, remarcó.  

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