Dina Boluarte deja huella económica en su último año presidencial

El último año del gobierno de Dina Boluarte en Perú ha comenzado marcado por incertidumbres económicas, a pesar de la aparente recuperación de algunos indicadores macroeconómicos. La pregunta que muchos se plantean es: ¿cómo concluirá su mandato? La realidad social del país revela que la pobreza monetaria aún afecta a más de 27,6% de la población, lo que equivale a aproximadamente 9.395.000 personas. Aunque la pobreza extrema ha disminuido ligeramente, situándose en 5,5%, todavía está lejos del 2,9% registrado en 2019, antes de la pandemia.

Estas cifras muestran que, pese a una ligera mejoría en 2023, Perú no ha logrado volver a los niveles previos a la crisis sanitaria. La situación social y económica sigue siendo un reto para la mandataria, quien asumió el poder tras la destitución de Pedro Castillo. En este escenario, el país enfrenta un escenario de crecimiento con matices: según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2,7% en mayo y un 3,1% en los primeros cinco meses de 2025.

El análisis sectorial revela un contraste importante. La parte no primaria del PIB, que incluye industria, comercio y servicios, avanzó un 3,6%, mostrando una aceleración respecto a meses anteriores. Sin embargo, la producción primaria, que abarca minerales, petróleo y productos agrícolas, registró una caída del 0,2%. Esto evidencia la fuerte dependencia de Perú en los recursos extractivos y su vulnerabilidad ante la volatilidad en los precios internacionales de los commodities.

A pesar de estos datos positivos, las expectativas tanto de empresarios como de consumidores han mostrado un deterioro en junio. La percepción sobre la economía a corto plazo bajó de 54,0 a 52,9 puntos, aunque aún mantiene un tono optimista, por encima de los 50 puntos. La previsión a doce meses también se redujo ligeramente, reflejando una creciente cautela ante la incertidumbre política y económica del país.

Por otro lado, la inflación se mantiene controlada. En junio, la tasa mensual fue de 0,13%, con una inflación anual de 1,7%, dentro del rango meta del BCRP. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, también disminuyó a 1,7% en junio. La autoridad monetaria decidió mantener la tasa de interés en 4,50%, la más baja en la región desde 2020, y solo considerará futuras alzas si la inflación muestra signos de repunte.

En el mercado laboral, el INEI reportó que entre abril y junio de 2025, la población ocupada alcanzó los 5,48 millones, un aumento del 0,4% respecto al mismo periodo del año anterior. La tasa de desempleo se mantiene estable en torno al 6,3%, lo que indica una recuperación parcial tras la pandemia.

En materia fiscal, el déficit fiscal en los últimos doce meses se mantuvo en 2,6% del PIB, una ligera disminución respecto a 2024. Los esfuerzos del gobierno apuntan a reducir este déficit a 2,5% en 2025 y a 2,1% en 2026, mientras que la deuda pública, estimada en 32,6% del PIB para 2026, se mantiene en niveles bajos en comparación con otros países de la región.

El tipo de cambio, por su parte, experimentó una depreciación significativa del sol frente al dólar, cerrando en S/3,5460 a finales de julio. Se espera que la tendencia a la baja continúe, impulsada por flujos de inversión extranjera y un saldo favorable en la cuenta corriente. Las reservas internacionales alcanzaron los US$87.424 millones, representando un 27% del PIB, lo que brinda un respaldo sólido ante posibles shocks externos.

En comercio exterior, las exportaciones en mayo de 2025 sumaron US$6.162 millones, un descenso del 1,5% respecto al año anterior, principalmente por la disminución en los volúmenes de minerales tradicionales. Sin embargo, las importaciones crecieron un 11,5%, alcanzando US$4.807 millones, impulsadas por mayores compras de bienes de capital y bienes de consumo. La balanza comercial mostró un superávit mensual de US$1.355 millones, acumulando en los últimos doce meses US$26.200 millones en excedentes.

Finalmente, los ingresos fiscales del gobierno central en los primeros seis meses de 2025 aumentaron un 13,8%, alcanzando S/89.348 millones, aunque persisten dudas sobre la sostenibilidad de estos ingresos y la capacidad del Estado para sostener el gasto social y reducir las desigualdades. La situación económica y social de Perú en el último año de Boluarte sigue siendo un escenario de contrastes, con avances en ciertos indicadores pero con desafíos profundos en materia social, política y fiscal.