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Drusos proyectan posibles escenarios futuros en Medio Oriente

Escrito por radioondapopular
julio 27, 2025
Drusos proyectan posibles escenarios futuros en Medio Oriente

El panorama en Oriente Medio está en constante cambio y, aunque muchas veces se minimiza, algunos de estos movimientos podrían marcar un punto de inflexión en la historia reciente de la región. Un ejemplo claro es la alianza tácita entre los países árabes sunitas e Israel, una relación que, tras décadas de enemistad, ahora se fortalece por un interés común: frenar la expansión y el avance militar de Irán y su aliado, Hezbolá. La colaboración en materia de inteligencia y defensa refleja un cambio profundo que desafía la narrativa tradicional occidental, que muchas veces se enfoca solo en el conflicto israelí-palestino.

Paralelamente, la situación de las minorías, en especial la de los drusos, podría ser un catalizador para una reorganización territorial en Siria. Estos grupos, que en su mayoría habitan territorios divididos entre Israel, Líbano, Siria y, en menor medida, Jordania, han mantenido una identidad propia y tradiciones milenarias, resistiendo siglos de persecución. La reciente masacre en Sweida, en Siria, y la intervención militar de Israel en la zona, parecen señalar un posible camino hacia una mayor autonomía o incluso independencia para estas comunidades, en un escenario que recuerda las divisiones en Irak y el fallido experimento libio.

El caso de los drusos, que no son musulmanes sino seguidores de una religión abrahámica con influencias filosóficas, gnosticismo y otras corrientes, ha sido históricamente de resistencia y adaptación. En Israel, gozan de aceptación y participación activa en las fuerzas armadas, siendo considerados “hermanos” por líderes políticos. Sin embargo, en otros países de la región, su situación sigue siendo precaria y sometida a la persecución, especialmente por el extremismo islamista. La posibilidad de una mayor autonomía o federación en Siria podría abrir un camino hacia una mayor protección y reconocimiento de sus derechos.

A nivel internacional, el interés en las minorías y en la estabilidad regional ha tomado un nuevo rumbo tras la reciente escalada en Gaza y la condena unánime contra Israel por parte de 25 países, una postura que muchos consideran parcial y que ignora la complejidad del conflicto. La realidad es que, pese a las narrativas predominantes, Israel ha demostrado ser un actor clave en la estabilidad regional, enfrentándose a adversarios como Irán y Hezbollah, y colaborando en la interceptación de misiles y en operaciones militares contra amenazas comunes.

Este contexto también señala la importancia de una estrategia de relaciones internacionales basada en el respeto por el poder y la realidad política. La historia ha enseñado que los gestos buenistas y las retiradas unilaterales, como las de El Líbano en 2000 o Gaza en 2005, no solo no han traído paz, sino que han fortalecido a actores extremistas y agravado las vulnerabilidades. La clave para un futuro más pacífico en Oriente Medio radica en construir alianzas sólidas, reconocer las diversidades existentes y promover una verdadera descentralización del poder, que respete las identidades y aspiraciones de las minorías.

El ejemplo de los kurdos en Irak, con su autonomía de hecho tras la retirada estadounidense, o los movimientos en Irán y Turquía, muestran que la fragmentación puede ser una vía para garantizar derechos y seguridad. En este escenario, Israel tiene un papel fundamental no solo en la defensa, sino en la promoción de un proceso de diálogo y cooperación que pueda evitar la desintegración del país y promover una convivencia basada en la diversidad.

En definitiva, la región está en una encrucijada. La adaptación, el respeto a las minorías y el reconocimiento de intereses compartidos podrían allanar el camino hacia una paz más estable y duradera. La historia ha demostrado que el respeto al poder y la comprensión cultural son esenciales para avanzar en estos retos. Solo así, Israel y sus vecinos podrán construir un futuro en el que prevalezca la cooperación sobre la confrontación, evitando que las viejas heridas vuelvan a abrirse.

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