Duraznos en Lima y Callao contienen hasta 4.500% de químicos prohibidos, riesgo para niños y embarazadas

Residuos de plaguicidas en duraznos vendidos en Lima y Callao ponen en riesgo la salud pública

Monitoreo ciudadano revela presencia de residuos peligrosos

Un reciente estudio realizado por Salud con Lupa y difundido a través de su plataforma, alertó sobre la presencia de residuos de plaguicidas en duraznos vendidos en mercados de Lima y Callao. Los niveles detectados superan los límites permitidos por la normativa peruana, representando un riesgo directo para la salud de los consumidores.

Resultados del análisis y lugares de muestreo

El monitoreo, llevado a cabo en octubre de 2025 por el Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos y analizado en el laboratorio Mérieux Nutrisciences, reveló que cuatro de cada cinco muestras de duraznos de la variedad Huayco contenían residuos de agroquímicos por encima de los límites establecidos por la legislación peruana. Los resultados indican que, bajo los estándares de Estados Unidos, ninguna de las muestras sería considerada segura.

Las muestras se recolectaron en cinco mercados representativos: Gran Mercado Mayorista de Lima (Santa Anita), Lobatón (Lince), San José (Jesús María), Bellavista y Minka (Callao). Solo la muestra del Mercado San José cumplió con los límites legales, mientras que en los otros sitios, los residuos superaron ampliamente los valores permitidos.

Casos alarmantes en los mercados

El caso más preocupante se detectó en el mercado Minka, donde el fungicida isoprotiolano apareció en concentraciones 45 veces mayores al límite legal. Además, los plaguicidas azociclotín y cihexatín alcanzaron niveles 20 veces superiores a los permitidos.

Riesgos para la salud por consumo de duraznos contaminados

Consumir duraznos contaminados representa un riesgo, especialmente porque muchas personas los ingieren frescos, sin pelar ni lavar en profundidad. Esta práctica facilita la entrada de los químicos al organismo, donde pueden acumularse en órganos y tejidos.

El isoprotiolano, uno de los plaguicidas detectados, puede causar irritación en la piel y los ojos. La exposición continua a este compuesto puede afectar la fertilidad y dañar órganos internos. Por su parte, el ciprodinilo altera el funcionamiento del hígado, riñones y tiroides, además de ser tóxico para especies acuáticas.

Los acaricidas azociclotín y cihexatín presentan riesgos adicionales: el primero puede provocar intoxicaciones por contacto o inhalación, mientras que el segundo se ha vinculado a malformaciones congénitas y daños neurológicos.

La importancia de la higiene y las limitaciones actuales

Lavar o pelar los duraznos puede reducir parte de los residuos, pero algunos plaguicidas sistémicos penetran en la pulpa, permaneciendo en el interior de la fruta. Cuando las concentraciones superan los límites legales, la preocupación trasciende la higiene básica y se convierte en una amenaza real para la salud pública.

El consumo frecuente de frutas contaminadas puede favorecer la acumulación de estos químicos en el organismo, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Los grupos más vulnerables son los niños, las mujeres embarazadas y las personas con defensas bajas.

Responsabilidad y acciones de control

El monitoreo ciudadano advierte que la responsabilidad de garantizar la inocuidad de los alimentos recae en los gobiernos locales y en el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).

Los propios informes del Senasa confirman la persistencia del problema: en 2023, el 60% de las muestras de durazno analizadas no cumplían con los estándares, y en 2024, la cifra fue del 50,6%. Sin embargo, los controles actuales no logran frenar el uso indebido de plaguicidas ni impedir que productos contaminados lleguen a los mercados.

Recomendaciones y futuras acciones

Las organizaciones que integran el Monitoreo Ciudadano de Pesticidas en Alimentos sugieren reforzar la fiscalización del Senasa y ampliar la cobertura a pequeños y medianos productores, donde el uso de agroquímicos suele escapar al control estatal. Además, proponen implementar mecanismos de trazabilidad para determinar el origen de los productos agrícolas y fortalecer las certificaciones de Buenas Prácticas Agrícolas.

Solo mediante controles efectivos y una coordinación adecuada entre los distintos niveles del Estado será posible reducir la exposición de la población a los plaguicidas y avanzar hacia un sistema alimentario más seguro.