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Edith Eger, la bailarina de Auschwitz que enfrentó la muerte en cámara de gas

Escrito por radioondapopular
octubre 26, 2025
Edith Eger, la bailarina de Auschwitz que enfrentó la muerte en cámara de gas






La historia de Edith Eger: bailarina, superviviente y escritora



La historia de Edith Eger: bailarina, superviviente y escritora

Edith Eger en su juventud
Edith Eger en su juventud

Arte y libertad a través de la danza

La danza es un arte que trasciende las palabras, una forma de expresión que conecta profundamente con el alma. Quien baila se deja atravesar por la música, entregándose por completo y envolviendo a quienes lo observan. En ese instante, el mundo se reduce a la melodía, el ritmo y la expresividad del movimiento. Para Edith Eger, la danza fue mucho más que una pasión: fue su forma de vivir.

Una infancia marcada por las artes y los sueños

Edith Eva Eger nació en Hungría en 1927, siendo la menor de tres hermanas en una familia judía con inclinaciones artísticas. Su hermana mayor, Klara, era violinista y fue aceptada en el Conservatorio de Budapest, mientras que Magda, otra hermana, era pianista. Edith, por su parte, tomaba clases de ballet y practicaba gimnasia, incluso formando parte del equipo olímpico de su país. Soñaba con participar en los Juegos Olímpicos y destacarse como sus hermanas, quienes tocaban juntas y gozaban de reconocimiento familiar.

En una entrevista para el pódcast Tiene que haber algo más, la propia Edith reflexionó: “Las dos eran conocidas porque Magda acompañaba a Klara y la gente ni siquiera sabía que yo existía. Creo que pasé mucho tiempo sola, y eso me preparó mucho para Auschwitz”.

El inicio del horror: la persecución y el exilio

En 1942, cuando Edith tenía 15 años, las leyes antijudías promulgadas por el gobierno húngaro comenzaron a afectar su vida. Fue expulsada del equipo de gimnasia y, en marzo de 1944, las fuerzas alemanas ocuparon Hungría. La familia de Edith fue confinada en un gueto en Košice, su ciudad natal, mientras que Klara logró esconderse con su profesor de música. Magda, otra hermana, también logró ocultarse con su familia.

En abril de ese mismo año, Edith y su familia, junto a otros 12.000 judíos, fueron obligados a permanecer en una fábrica de ladrillos durante un mes. En mayo, fueron deportados a Auschwitz, enfrentando un destino que parecía sellado.

El encuentro con la muerte y la danza en Auschwitz

A su llegada a Auschwitz, Edith enfrentó la posibilidad de morir en una cámara de gas. Sin embargo, Josef Mengele, conocido como el “Ángel de la Muerte”, tomó una decisión que cambiaría su destino: la apartó de su madre, quien fue asesinada en ese mismo lugar. La primera noche en el campo, Edith fue forzada a bailar para Mengele.

El médico nazi, amante del arte, solía seleccionar prisioneras para entretenerlo. Cuando vio a Edith, la eligió como objeto de su entretenimiento. Sus compañeras la empujaron a bailar y la llevaron a su cuartel, donde sonaron las melodías del Danubio Azul de Johann Strauss y Romeo y Julieta de Tchaikovsky.

En ese infierno sobre la Tierra, Edith cerró los ojos y se transportó a la Ópera de Budapest, imaginando que bailaba frente a un público expectante. “Bailé como si estuviese allí, como si estuviese ante ellos”, relató en una entrevista.

Mientras tanto, Mengele quedó cautivado por su danza. La joven logró sobrevivir, y en agradecimiento, Mengele le entregó un trozo de pan que compartió con otras niñas.

Una vida marcada por la supervivencia y la resiliencia

Ese momento en Auschwitz fue el comienzo de una segunda vida para Edith. La experiencia la fortaleció y la impulsó a seguir adelante. Décadas después, a sus noventa años, publicó La bailarina de Auschwitz, un libro autobiográfico que se convirtió en un éxito mundial y que narra su historia de resistencia y esperanza.

El testimonio en palabras y en la historia

Documento de identidad de Edith Eger
El documento de identidad con el que Edith ingresó a los Estados Unidos tras la guerra

El valor de su testimonio y la inspiración

En una entrevista realizada en 2023 en el pódcast Tiene que haber algo más, Edith explicó por qué decidió publicar su autobiografía a los 90 años. “Durante muchos años, la gente me pedía que escribiera un libro, pero yo pensaba que no tenía nada que decir. Finalmente, Philip Zimbardo, un reconocido psicólogo de Stanford, me contactó y me dijo que había investigado y que las voces de los sobrevivientes famosos eran todas masculinas. Me animó a contar mi historia, y así nació La bailarina de Auschwitz, que se convierte en la voz femenina de Viktor Frankl”.

La influencia de Viktor Frankl

Viktor Frankl, destacado neurólogo, psiquiatra y fundador de la logoterapia, fue también un sobreviviente del nazismo. Pasó por cuatro campos de concentración —Theresienstadt, Kaufering, Turkheim y Auschwitz— y plasmó sus experiencias en el libro El hombre en busca de sentido (1946), que se convirtió en un bestseller. Frankl fue una figura clave en la formación de Edith, quien encontró en su ejemplo la inspiración para seguir luchando por la vida.

Su lucha continúa tras la liberación

Tras sobrevivir a Auschwitz, Edith fue trasladada a otros campos de concentración, incluido Mauthausen. Cuando los nazis comenzaron a evacuar los campos ante la inminente llegada de los aliados, Edith y su hermana Magda fueron enviadas al campo de concentración de …



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