El gobierno de Estados Unidos ha lanzado la denominada “Operación Lanza del Sur”, una misión liderada por el Comando Sur (SOUTHCOM) y la Fuerza de Tarea Conjunta Lanza del Sur (SOUTHERN SPEAR). El objetivo principal es combatir el narcotráfico en América Latina.

El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, afirmó a través de su cuenta en la red social X que: “Esta misión defiende nuestra patria, expulsa a los narcoterroristas de nuestro hemisferio y protege a nuestra nación de las drogas que están matando a nuestra gente. El hemisferio occidental es la vecindad de Estados Unidos, y la protegeremos”. Además, aseguró que el presidente Donald Trump ordenó la acción.

Según informaron fuentes oficiales estadounidenses, uno de los movimientos más destacados en esta operación es la inminente llegada al Caribe del USS Gerald R. Ford, el portaviones más avanzado de la Marina de los Estados Unidos. La presencia de esta nave representa una demostración de fuerza que no se veía en la región desde hace décadas.

Expertos consultados interpretan esta acción como una advertencia dirigida al régimen de Nicolás Maduro, a quien se le acusa de liderar el Cartel de los Soles en Venezuela.

El despliegue del USS Gerald R. Ford forma parte de una estrategia más amplia de la administración Trump en Sudamérica, presentada oficialmente como una operación antinarcóticos. Entre las acciones recientes se incluyen ejercicios militares cerca de las costas venezolanas, operaciones autorizadas por la CIA dentro de Venezuela y ataques a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico Oriental, con un saldo de más de 75 personas fallecidas, según cifras oficiales.

El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró a la prensa tras una reunión del Grupo de los Siete en Canadá que el objetivo principal es frenar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos mediante la lucha contra “narcoterroristas organizados”. Rubio precisó que esto es lo que el presidente Trump ha autorizado y que “el ejército está llevando a cabo esas acciones”.

Respuesta del régimen venezolano

Por su parte, el gobierno venezolano respondió con una “movilización masiva” de tropas y civiles. El ministro de Defensa chavista, Vladimir Padrino López, anunció en televisión estatal que recursos aéreos, navales, terrestres y de misiles participaron durante dos días en ejercicios militares para “enfrentar amenazas imperialistas”. Imágenes difundidas muestran a efectivos civiles y militares en distintas regiones del país, además de Padrino junto a un sistema de misiles antiaéreos en Caracas.

Reacciones en el ámbito regional

Las acciones de EE.UU. generaron diversas respuestas en la región. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sancionado recientemente por Washington por presuntas colaboraciones con el narcotráfico, anunció inicialmente la suspensión del intercambio de inteligencia con EE.UU. Sin embargo, posteriormente moderó su postura y condicionó la cooperación a garantías en materia de derechos humanos.

Por otro lado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que la Secretaría de Marina interceptará embarcaciones sospechosas en aguas internacionales cercanas a México, tras un acuerdo para evitar posibles ataques estadounidenses en la zona.

Estado del despliegue del USS Gerald R. Ford

Fuentes del Pentágono, en condición de anonimato, informaron que el portaviones aún navegaba en el Atlántico medio y que no había llegado todavía al Caribe. Según el analista Mark Cancian, asesor del Center for Strategic and International Studies (CSIS), el USS Gerald R. Ford no permanecerá mucho tiempo en la región debido a su alto valor estratégico y la posibilidad de ser requerido en otras áreas, como Oriente Medio.

Cancian también mencionó que Venezuela cuenta con sistemas de defensa antimisiles sofisticados, provistos por Rusia, lo que podría representar un riesgo para la aviación estadounidense en caso de una escalada militar.

Perspectiva de expertos

El profesor David Smilde, experto en Venezuela de la Universidad de Tulane, señaló que el operativo busca ofrecer una amenaza creíble de uso de la fuerza como medida de presión, más que una intervención militar directa.