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El consumo de alimentos caseros duplica la pérdida de peso en personas con sobrepeso, según estudio sobre dietas ultraprocesadas

Escrito por radioondapopular
agosto 10, 2025
El consumo de alimentos caseros duplica la pérdida de peso en personas con sobrepeso, según estudio sobre dietas ultraprocesadas

El impacto del consumo de alimentos ultraprocesados frente a la cocina casera

En las últimas décadas, la forma en que nos alimentamos ha cambiado radicalmente. Los supermercados, almacenes y kioscos ofrecen una amplia variedad de productos listos para consumir, desde barras energéticas y yogures bebibles hasta nuggets y salsas instantáneas. Esta tendencia responde a la búsqueda de practicidad y rapidez en la alimentación diaria. Sin embargo, este boom de alimentos ultraprocesados ha generado inquietudes sobre sus efectos en la salud, especialmente en comparación con la cocina hecha en casa y los alimentos frescos.

Estudios científicos revelan diferencias significativas

Un reciente estudio publicado en la revista Nature Medicine analizó cómo diferentes tipos de dietas afectan a personas con sobrepeso durante un período de 16 semanas. Los participantes alternaron entre una alimentación compuesta por productos mínimamente procesados, como frutas, verduras y carnes frescas, y otra basada en alimentos ultraprocesados, todos siguiendo las recomendaciones nutricionales oficiales. Los resultados mostraron que quienes consumieron alimentos caseros perdieron el doble de peso y grasa corporal, además de experimentar un mejor control del apetito y mejoras en sus indicadores metabólicos.

Este hallazgo sugiere que el nivel de procesamiento de los alimentos influye directamente en la cantidad de calorías consumidas y en la calidad de la pérdida de peso. Aunque ambos grupos lograron reducir peso, la diferencia radicó en la eficiencia y en los beneficios metabólicos, destacando la importancia de optar por alimentos frescos y naturales en la dieta.

¿Qué significa realmente “procesar” en los alimentos?

En el día a día, las palabras “procesado” y “ultraprocesado” generan confusión y preocupación. La especialista en Medicina Interna y Nutrición, Marianela Aguirre Ackermann, explica que el término “procesado” es impreciso. Según las guías argentinas, los alimentos procesados son aquellos que pasan por métodos de conservación o preparación que aumentan su vida útil o mejoran sus cualidades sensoriales. Ejemplos incluyen enlatados, leche pasteurizada, quesos, yogures, verduras congeladas y pastas, que todavía aportan valor nutricional.

El verdadero problema radica en diferenciar entre tecnología que mejora la seguridad y conservación de los alimentos y aquella que altera radicalmente su estructura natural para alargar su duración y estimular el consumo excesivo. La pasteurización, la congelación o la fermentación son técnicas que, en su mayoría, benefician la calidad alimentaria. Sin embargo, cuando el procesamiento descompone la matriz original del alimento y la reemplaza por ingredientes industriales, surgen los riesgos para la salud.

Ultraprocesados: ingredientes industriales y aditivos

Según Aguirre Ackermann, “el error común es demonizar todos los alimentos que hayan pasado por una transformación industrial”. Procesar puede ser beneficioso: la pasteurización de la leche, la congelación de vegetales o la fermentación aumentan la digestibilidad y el valor nutricional. El problema surge cuando el procesamiento desarma la estructura natural del alimento y la reemplaza por una fórmula diseñada para durar meses y estimular el consumo en exceso.

Los ultraprocesados, en cambio, contienen muy poco de su alimento original y están cargados con ingredientes industriales como grasas, azúcares, sal y aditivos. Ejemplos de estos productos son las gaseosas, aguas saborizadas, jugos endulzados, snacks y comidas listas para consumir. La ingesta frecuente de estos productos está vinculada a problemas metabólicos, obesidad y otras afecciones crónicas, por lo que su consumo moderado o evitado en favor de alimentos frescos y naturales resulta fundamental para mantener una dieta equilibrada.

En definitiva, la clave está en comprender que no todos los alimentos procesados son dañinos, pero sí es importante distinguir aquellos que conservan sus cualidades nutritivas y aquellos que han sido modificados para estimular el consumo excesivo y afectar la salud a largo plazo.

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