El detective de arte más famoso compara el robo del Louvre con Ocean’s Eleven

El asalto al Louvre y su impacto en la seguridad de los museos

El reciente robo en el Louvre ha reavivado la discusión sobre las medidas de seguridad en los grandes museos del mundo. Este incidente ha puesto en evidencia las posibles vulnerabilidades de instituciones que albergan obras de incalculable valor cultural y patrimonial.

El análisis del experto en arte Arthur Brand

El reconocido detective de arte Arthur Brand considera que la seguridad en los museos es un asunto que requiere atención urgente. En una entrevista con El País, Brand afirmó que “es más fácil robar en un museo que en una joyería famosa”. Esta afirmación desafía la percepción general sobre la protección de las obras maestras en estos espacios públicos.

Detalles del robo y la planificación

El asalto se perpetró a plena luz del día, en un entorno altamente concurrido, utilizando una escalera, un método clásico pero llamativo. Según Arthur Brand, los delincuentes llevaron a cabo una planificación meticulosa: visitaron en varias ocasiones el museo para estudiar la distribución de las salas, la ubicación de las cámaras de seguridad y los turnos del personal de vigilancia. Este nivel de preparación, similar al que se muestra en películas como Ocean’s 11, requiere una precisión absoluta en cada fase del proceso.

Vulnerabilidades en la seguridad de los museos

La experiencia de Arthur Brand lo ha consolidado como una figura clave en la recuperación de piezas robadas. Desde su perspectiva, los museos, aun siendo instituciones prestigiosas con amplios recursos, presentan fallas que los convierten en objetivos atractivos para los ladrones. Brand señala que la confianza excesiva en la tecnología y en la rutina diaria del personal puede generar una falsa sensación de invulnerabilidad, facilitando así la labor de quienes planean cometer estos delitos.

Comparación con la seguridad en joyerías

El experto destaca que, a diferencia de las joyerías, donde la seguridad suele ser más estricta y personalizada, los museos dependen en gran medida de sistemas automatizados y de la vigilancia del personal, que en muchas ocasiones no está preparado para responder ante emergencias. En una joyería, los empleados están entrenados para reaccionar ante un asalto. En un museo, muchas veces el personal no sabe cómo actuar si ocurre un robo, afirmó.

Necesidad de cooperación global

El incidente en el Louvre evidencia la importancia de fortalecer la colaboración internacional en la lucha contra el tráfico ilícito de obras de arte. Arthur Brand subraya que la recuperación de piezas robadas depende en gran medida de la cooperación entre fuerzas policiales, museos y expertos independientes. Sin una red global de información y apoyo, muchas obras nunca regresarían a sus legítimos propietarios, expresó.

Una tendencia preocupante en el patrimonio europeo

El caso del Louvre no es un hecho aislado. En los últimos años, varios museos en Europa han sido víctimas de robos espectaculares que evidencian una tendencia alarmante. Brand advierte que la notoriedad de estos espacios no los exime de riesgos, sino que, en realidad, los convierte en blancos más codiciados. La sofisticación de los ladrones de arte ha avanzado, estudiando durante meses los movimientos del personal y las rutinas de los visitantes para identificar el momento más propicio para actuar.

El Louvre, en particular, es “la sala más famosa del mundo y también el sueño de cualquier delincuente de esta clase”, afirma Brand.

Recomendaciones para fortalecer la seguridad

Para Arthur Brand, la clave para proteger el patrimonio cultural radica en combinar tecnología avanzada con una formación adecuada del personal y una mayor conciencia de los riesgos. La reciente experiencia del Louvre debe servir como recordatorio de que la seguridad del arte requiere una respuesta coordinada y constante.