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¡El Escapista del Infierno: Richard Ramírez, el Infame «Acosador Nocturno», Es Capturado en Los Ángeles tras una Fuga de Pánico!

Escrito por radioondapopular
agosto 31, 2025
¡El Escapista del Infierno: Richard Ramírez, el Infame «Acosador Nocturno», Es Capturado en Los Ángeles tras una Fuga de Pánico!





La historia de Richard Ramírez, el «Acechador Nocturno»

Un comienzo turbulento y las raíces del crimen

El sábado 31 de agosto de 1985, Richard Ramírez, de 25 años, descendió del autobús en una terminal de Los Ángeles, visiblemente agotado tras un largo viaje desde Austin, Texas. Había visitado a su hermano en aquella ciudad y, al despertar, se encontró con una escena inesperada: su rostro aparecía en numerosos carteles y diarios, con la leyenda que lo señalaba como el principal sospechoso de una serie de asesinatos. La noticia lo tomó por sorpresa, pero también marcó el inicio de una persecución que lo convertiría en uno de los criminales más temidos de California.

El inicio de una fuga desesperada

Al levantar la vista del periódico, Ramírez vio la figura del dueño de una licorería, quien inmediatamente lo reconoció y alertó a la policía. En ese instante, el fugitivo empezó una huida frenética por un barrio hispano, intentando despistar a sus perseguidores. Sin éxito, fue perseguido por una multitud enfurecida que intentaba atraparlo y que incluso intentó robarle autos. Ramírez, herido y agotado, corrió durante aproximadamente media hora, hasta que sus piernas y pulmones no pudieron más y decidió detenerse en una acera, esperando que llegara la policía.

En cuestión de minutos, la multitud enardecida comenzó a agredirlo con golpes, patadas y golpes de barra de hierro. La situación parecía llegar a un linchamiento, pero la llegada de la primera patrulla evitó una tragedia mayor. Este incidente marcó el fin de su carrera como fugitivo, pero también el comienzo de su historia criminal que dejaría una profunda huella en la historia criminal de Los Ángeles.

Un perfil complejo y violento

Richard Ramírez fue un asesino en serie difícil de clasificar. Utilizaba diversas armas, desde pistolas y cuchillos hasta machetes, martillos, barras de hierro y bates de béisbol. Sus víctimas también eran variadas, abarcando desde niños hasta ancianos, hombres y mujeres, con algunos ataques que incluían violaciones, mientras que en otros los dejaba vivos sin razón aparente. La inconsistencia en sus acciones fue lo que finalmente permitió su captura, ya que sus patrones de comportamiento no seguían un esquema definido.

Su historia personal también revela aspectos inquietantes. Cuando tenía 12 años, su primo Miguel, recién llegado de Vietnam, se convirtió en su figura de idolatría. Los vecinos comentaban que Miguel no había regresado bien de la guerra, mostrando señales de inestabilidad mental. Para Richard, estos relatos y las experiencias que compartían en su infancia marcaron un punto de inflexión. Miguel le enseñaba a manejar armas y a pelear, además de compartir fotos de Vietnam donde se mostraban cuerpos de mujeres asesinadas, relatos que fascinaban a Ramírez y que despertaron en él sentimientos oscuros y violentos.

La influencia de su primo y los primeros crímenes

La relación con Miguel culminó en un acto de violencia cuando Ramírez presenció cómo su primo disparaba y mataba a su propia esposa. Después de aquel crimen, Miguel desapareció de la escena, y Ramírez, a sus 15 años, se fue a Los Ángeles con la intención de buscar empleo. Sin embargo, pronto se involucró en actividades delictivas, principalmente en robos, que marcaron su camino criminal.

Para 1984, Ramírez ya era conocido como el «Acechador Nocturno», debido a sus brutales ataques nocturnos en Los Ángeles. Secuestraba, violaba y asesinaba en la oscuridad, sembrando el terror entre los habitantes. Sus crímenes, que abarcaban una amplia variedad de víctimas y métodos, generaron pánico en la ciudad, que vivía con la constante amenaza de un asesino que parecía actuar sin un patrón definido, pero con una brutalidad que dejaba huella en todos.

El caso de Richard Ramírez, que dejó una serie de víctimas y un miedo profundo en la comunidad, es un ejemplo de cómo un pasado problemático puede desembocar en una violencia extrema. La historia de este criminal sigue siendo estudiada para entender los factores que conducen a comportamientos tan extremos y para mejorar los mecanismos de prevención y control.


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