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El estrés crónico altera el cerebro y aumenta el riesgo de enfermedades graves, advierten expertos

Escrito por radioondapopular
agosto 15, 2025
El estrés crónico altera el cerebro y aumenta el riesgo de enfermedades graves, advierten expertos

El impacto del estrés crónico en el cerebro y la salud

El estrés es una respuesta natural del organismo que cumple una función vital: preparar al cuerpo para enfrentar amenazas o desafíos inmediatos. Históricamente, esta reacción ayudó a los seres humanos a sobrevivir en situaciones peligrosas, mediante la activación de mecanismos físicos y mentales que permiten reaccionar rápidamente ante peligros reales.

Sin embargo, en la actualidad, donde las amenazas físicas son sustituidas por presiones sociales, laborales y económicas, la activación constante de esta respuesta puede tener consecuencias dañinas para la salud, especialmente en el cerebro. La exposición prolongada a niveles elevados de estrés puede alterar funciones neurológicas esenciales, lo que a largo plazo aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades.

Cómo el estrés crónico afecta el cerebro y la salud mental

Diversos estudios científicos han demostrado que el estrés crónico modifica funciones neurológicas fundamentales. La American Brain Foundation explica que cuando una persona percibe una situación como incontrolable o impredecible, el cerebro aumenta la producción de cortisol, una hormona que regula múltiples procesos en el organismo. En cantidades normales, el cortisol ayuda a mantener el equilibrio hormonal, pero su exceso sostenido puede alterar la expresión genética, debilitar el sistema inmunitario y disminuir la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse, aprender y formar nuevas conexiones.

Esta reducción en la neuroplasticidad limita la capacidad del individuo para resolver problemas y adaptarse a cambios. Además, el estrés prolongado genera procesos inflamatorios que imitan la respuesta inmunitaria ante infecciones, aunque no haya presencia de patógenos. Estas inflamaciones pueden dañar tejidos cerebrales y contribuir a trastornos como ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático (TEPT). La profesora Carmen Pedraza Benítez y la neurocientífica Margarita Pérez Martín advierten que estos cambios neurobiológicos también podrían acelerar o desencadenar enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer.

El papel del sueño y el sistema glinfático en la salud cerebral

El vínculo entre el estrés y la salud cerebral también involucra la calidad del sueño. Investigaciones de la American Brain Foundation destacan que el sistema glinfático, responsable de eliminar proteínas potencialmente tóxicas del cerebro como la beta-amiloide y tau, funciona de manera más eficiente durante el sueño profundo. La privación de descanso afecta esta función, provocando la acumulación de desechos y aumentando el riesgo de deterioro cognitivo.

Incluso una sola noche sin dormir puede elevar los niveles de amiloide en el cerebro, lo que se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar demencia. La falta de sueño, por tanto, no solo afecta el rendimiento diario, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo en la salud cerebral.

Consecuencias en trastornos específicos y posibles tratamientos

El estrés extremo también influye en trastornos como el TEPT, donde puede alterar los niveles hormonales. Normalmente, los niveles de cortisol en reposo son estables, pero en situaciones de tensión, estos pueden disminuir, agravando los síntomas. La disfunción en estos niveles hormonales está relacionada con una actividad excesiva en áreas cerebrales vinculadas a la noradrenalina, otra hormona del estrés. Algunos tratamientos que bloquean receptores específicos en el cerebro han mostrado resultados prometedores para reducir síntomas como pesadillas y alteraciones del sueño relacionadas con traumas.

Además, el estrés puede desencadenar o agravar episodios de migraña. Estudios revisados por la American Brain Foundation indican que, aunque no siempre provoca una crisis en el momento, una disminución repentina en la tensión puede ser un factor desencadenante. Las personas con migraña suelen procesar los factores estresantes de manera distinta, siendo más vulnerables a cambios en el sueño, el metabolismo y la respuesta inmunitaria, lo que facilita la aparición del dolor.

En conclusión, el estrés crónico no solo afecta la salud mental y emocional, sino que también tiene un impacto profundo en la estructura y función cerebral. Reconocer y gestionar estos niveles de tensión es fundamental para prevenir complicaciones a largo plazo y mantener una buena salud cerebral.

El exceso de cortisol por estrés prolongado debilita el sistema inmunitario

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