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El fin de una era: el Partido MAS de Evo Morales pierde el poder en Bolivia tras dos décadas de dominio electoral

Escrito por radioondapopular
agosto 20, 2025
El fin de una era: el Partido MAS de Evo Morales pierde el poder en Bolivia tras dos décadas de dominio electoral





El fin del dominio del MAS en Bolivia

El declive del Movimiento Al Socialismo en Bolivia

El partido dominante en Bolivia durante las últimas dos décadas está a punto de abandonar el poder en las próximas elecciones de noviembre. Después de haber sufrido una derrota electoral y de obtener una presencia marginal en el Legislativo, el Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido que llevó a Evo Morales a la presidencia en 2005, atraviesa una profunda crisis interna. Las disputas internas y el desgaste político han marcado el fin de un ciclo que duró más de diez años.

El MAS fue el vehículo político mediante el cual diversos movimientos sociales, como los cocaleros, canalizaron su participación institucional desde los años noventa. En 2002, en su primera elección nacional bajo la denominación MAS-IPSP (Instrumento Por la Soberanía de los Pueblos), Morales quedó en segundo lugar, apenas a dos puntos porcentuales del candidato ganador. Sin embargo, en 2005 logró una victoria contundente con el 53,7% de los votos, estableciendo una base sólida para su liderazgo.

El auge electoral y las políticas del MAS

A partir de ese momento, el MAS se convirtió en una fuerza electoral imparable en Bolivia. En 2008, ganó un referendo revocatorio con un apoyo del 67,4%, seguido por otra victoria en 2009 con el 64,2%. En ese mismo año, se promulgó una nueva Constitución que limitaba los mandatos presidenciales a dos consecutivos. Sin embargo, Morales consiguió postularse para un tercer período mediante una interpretación que consideró su primer mandato como parte de un ciclo anterior, logrando en 2014 un apoyo del 61,3%.

Estos triunfos electorales estuvieron estrechamente ligados a la bonanza económica que vivía Bolivia, impulsada por los ingresos provenientes de la industria de hidrocarburos. El país registró superávits fiscales, un crecimiento económico sostenido y una reducción significativa en los índices de pobreza. A pesar de algunas críticas por su manejo de la oposición y ciertos escándalos de corrupción relacionados con sobornos en proyectos públicos, Morales logró consolidar su control político y mantener su respaldo popular durante años.

Declive y pérdida de apoyo

Aunque en las elecciones nacionales el MAS parecía invencible, a nivel regional la situación era diferente. Los mapas de votos municipales y departamentales muestran una tendencia de votos cruzados: en zonas con fuerte apoyo a Morales, algunos votaban por candidatos de otros partidos para cargos locales. Sin embargo, el MAS mantenía presencia en todo el territorio nacional, siendo el único bloque con una estructura territorial consolidada.

El desgaste comenzó en 2016, cuando Morales y su partido desconocieron el resultado de un referendo que rechazó la modificación de la Constitución para ampliar su mandato. Fue la primera derrota electoral del expresidente desde su llegada al poder, con una diferencia de más de 135 mil votos. Pese a ello, sus seguidores lograron que la justicia validara su candidatura, argumentando que era un derecho humano, lo que generó una profunda división en el país.

El fin de una era y la llegada de nuevos actores

Este episodio fue un punto de inflexión que marcó el inicio del fin del Gobierno de Morales. En 2019, tras semanas de protestas ciudadanas y acusaciones de fraude electoral, Morales renunció y abandonó el cargo. La situación se agravó con un motín policial que aceleró su salida del poder. Un año después, el MAS logró retornar al gobierno con Luis Arce, exministro de Economía, quien ganó las elecciones con el 55% de los votos.

Las disputas internas entre Morales y su sucesor, así como las tensiones en el partido, provocaron la fragmentación del MAS. Hoy en día, el partido, que en su apogeo contaba con más de un millón de militantes, apenas logró conseguir cerca del 3,1% de la votación en las últimas elecciones, con menos de 160 mil votos. En ese proceso, Eduardo Del Castillo, exministro de Gobierno y uno de los principales oponentes de Morales, fue el candidato del frente, dejando claro el quiebre interno.

Además, el MAS pasó de tener mayorías legislativas a contar con apenas un diputado en el próximo período. La derrota electoral refleja un cambio profundo en el panorama político boliviano, marcado por una pérdida de apoyo popular y una fragmentación que podría definir el rumbo del país en los próximos años.


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