En la reciente Operación Contención realizada el pasado martes en las favelas del Complexo do Alemao y Penha, fueron asesinadas 121 personas. De este total, 13 eran miembros del Comando Vermelho (CV), provenientes del estado amazónico de Pará. Este hallazgo revela que miembros de facciones criminales de otros estados brasileños, incluyendo siete del estado de Amazonas, se ocultaban en Río de Janeiro.

Expansión del Comando Vermelho y su presencia en la Amazonía

La noticia destaca la profunda expansión del principal grupo criminal de Río de Janeiro hacia la frontera con países productores de cocaína, como Colombia, Perú y Venezuela. La región amazónica, en particular, se ha convertido en un punto estratégico de tránsito y operación para estas organizaciones.

La próxima semana, los días 5 y 6 de noviembre, en Belém, Pará, se celebrará la Cumbre de Líderes de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP30). Este evento, que se abrirá oficialmente el 10 de noviembre, ha colocado a la Amazonía en el centro de la atención internacional, incrementando la preocupación sobre posibles retaliaciones del Comando Vermelho.

Temor a represalias y antecedentes recientes

Existe un temor fundado de que el Comando Vermelho, con fuerte presencia en la Amazonía, pueda aprovechar la atención internacional para tomar represalias. La historia reciente en Brasil muestra antecedentes preocupantes, como el hallazgo en febrero del año pasado de un mensaje del narcotraficante Arnaldo da Silva Dias, conocido como Naldinho.

Este mensaje fue descubierto por la Policía Federal brasileña y contenía una orden para que los miembros del CV «resistieran durante siete días sin conflictos armados ni atracos», para evitar problemas durante la cumbre del G20 en Río de Janeiro. Además, se informó que un representante de las autoridades de Río se había puesto en contacto con la organización, aunque no se logró identificar quién era.

Medidas de seguridad para la COP30 en Belém

Debido a estos antecedentes, las autoridades han elevado la alerta en la región. El gobernador de Pará, Helder Barbalho, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), solicitó formalmente el 17 de septiembre pasado al presidente Luiz Inácio Lula da Silva la intervención de las Fuerzas Armadas mediante el decreto de Garantía de la Ley y el Orden (GLO).

En su solicitud, Barbalho argumentó que las fuerzas militares deberán no solo vigilar la ciudad, sino también proteger instalaciones estratégicas como las centrales hidroeléctricas de Belo Monte y Tucuruí. La presencia militar busca garantizar la seguridad durante la visita de altos mandatarios internacionales, incluidos los presidentes de Alemania, Friedrich Merz; Francia, Emmanuel Macron; y Reino Unido, Keir Starmer, además de los presidentes del Consejo Europeo, António Costa, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El día anterior, la Policía Federal realizó una operación en ocho ciudades del estado de Pará, logrando la detención de nueve personas vinculadas al Comando Vermelho. Desde hace años, este grupo ha intensificado su presencia en todo Brasil, enfrentándose violentamente con otras facciones y expandiendo su control sobre diversas actividades ilícitas, especialmente en la Amazonía.

La expansión del CV se aceleró a partir de 2016, cuando el Primer Comando de la Capital (PCC), su principal rival, lanzó una ofensiva en la frontera entre Paraguay y Mato Grosso do Sul, ruta clave para el tráfico de cocaína en Brasil. La muerte del narcotraficante Jorge Rafaat, conocido como el «Rey de la Frontera», marcó un punto de inflexión, provocando que el CV trasladara sus operaciones hacia el norte del país.

La presencia del Comando Vermelho en la Amazonía y su posible reacción ante la cumbre internacional en Belém generan una creciente preocupación en las autoridades brasileñas. La coordinación entre fuerzas policiales y militares será clave para garantizar la seguridad y evitar que la criminalidad impacte en eventos de gran relevancia internacional en la región.