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Escándalo en Houston: La oscura historia de Elmer Henley y Dean Corll, el «Asesino de los Caramelos

Escrito por radioondapopular
agosto 18, 2025
Escándalo en Houston: La oscura historia de Elmer Henley y Dean Corll, el «Asesino de los Caramelos

El origen oscuro de Elmer Wayne Henley Jr y su vínculo con Dean Corll

Elmer Wayne Henley Jr, nacido el 9 de mayo de 1956 en Houston, Texas, fue el protagonista de una de las historias más escalofriantes de la criminología estadounidense. Desde pequeño, su entorno familiar fue marcado por dificultades: su padre, Elmer Wayne Henley Sr., era un hombre violento y alcohólico, y su madre, Mary Weed, intentó brindarle una buena educación. Sin embargo, en 1970, a los 14 años, Mary decidió divorciarse, dejando a los cuatro hijos a su cargo y enfrentando una difícil situación económica.

Brillante e inteligente, Henley Jr. poseía un coeficiente intelectual de 126, pero su vida cambió radicalmente cuando dejó la escuela un año después para trabajar a tiempo parcial y ayudar a su familia. La pérdida de su rumbo fue progresiva, y pronto se vio envuelto en un entorno peligroso que marcaría su destino.

La relación con David Brooks y Dean Corll

Henley entabló una estrecha amistad con David Brooks, un adolescente mayor. Ambos mantenían contacto con Dean Corll, un hombre de 32 años conocido en el barrio Houston Heights como Candyman. Corll, técnico en electricidad y exsoldado, había sido dueño de una fábrica de caramelos que se convirtió en su fachada para sus actividades ilícitas. La estrategia de Corll incluía repartir caramelos gratis en las escuelas, lo que le valió esa popular apodo y una cercanía con los jóvenes del barrio.

Desde el principio, Henley se dio cuenta de que la relación entre Brooks y Corll trascendía la amistad. La conexión era de índole sexual, algo que Henley aceptó con resignación. Pronto, los tres comenzaron a pasar mucho tiempo juntos, formando un trío que participaba en robos y atracos, actividades que Corll dirigía y en las que repartía parte del dinero a sus cómplices juveniles.

El lado oscuro y la manipulación

Corll no solo manipulaba a los adolescentes, sino que también empezó a hacerle preguntas a Henley sobre su valentía para cometer actos extremos, incluso matar si fuera necesario. La respuesta del joven fue afirmativa, sin imaginar en ese momento el horror que le esperaba. En esa época, Henley comenzó a notar que varios amigos y conocidos del barrio desaparecían sin dejar rastro. Desde diciembre de 1970, al menos ocho jóvenes de entre 13 y 17 años habían desaparecido en Houston Heights, incluyendo a amigos cercanos como David Hilligiest y Gregory Malley Winkle.

La preocupación creció en las familias, pero la policía y la comunidad optaron por minimizar los casos, atribuyéndolos a problemas o migraciones voluntarias. Sin embargo, en ese contexto oscuro, Corll le confesó a Henley que trabajaba para una organización en Dallas que reclutaba chicos para convertirlos en esclavos sexuales y que también manejaba el negocio de las drogas. Le propuso pagarle 200 dólares por cada víctima que pudiera conseguirle, una oferta que Henley mantuvo en secreto por meses mientras seguía frecuentando a sus amigos.

El inicio de los crímenes y la traición

En febrero de 1972, impulsado por la necesidad económica, Henley aceptó oficialmente colaborar con Corll. Juntos salieron en el vehículo de Corll en busca de menores. En una ocasión, en la esquina de la calle 11 y Studewood, lograron convencer a un joven desconocido para que subiera al auto con la promesa de un lugar para fumar marihuana. La intención era que Henley se entregara voluntariamente, primero esposado, para luego ser parte de una serie de crímenes que marcarían un capítulo oscuro en la historia criminal de Houston.

El relato completo de estos hechos, así como las motivaciones y el impacto en las víctimas, han sido objeto de análisis y documentales, como el de Investigation Discovery, que busca entender la mente de uno de los adolescentes que se convirtió en cómplice de uno de los asesinos en serie más infames de Estados Unidos.

La historia de Henley y Corll revela cómo la manipulación, la vulnerabilidad y un entorno familiar problemático pueden llevar a jóvenes a cometer actos atroces, en un contexto donde las apariencias engañan y el horror se oculta tras una fachada de normalidad.

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