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Estudio revela que el comportamiento de perros braquicéfalos no está determinado por su rostro achatado

Escrito por radioondapopular
agosto 19, 2025
Estudio revela que el comportamiento de perros braquicéfalos no está determinado por su rostro achatado

El mito del rostro achatado y su influencia en el comportamiento canino

¿Es cierto que un rostro achatado puede determinar la personalidad de un perro? La respuesta es negativa. Estudios recientes indican que las características de comportamiento en los perros de hocico corto, conocidos como razas braquicéfalas, no dependen únicamente de su morfología facial. En cambio, estos comportamientos surgen de una interacción compleja entre la genética, el tamaño corporal y el entorno.

Un estudio realizado por la Universidad ELTE de Hungría reveló que las percepciones populares sobre el carácter de razas como bulldog francés, carlino o bóxer no se sostienen en evidencia científica sólida. Los resultados muestran que factores como la crianza y el ambiente influyen más en su conducta que la forma del hocico.

## Factores que influyen en la personalidad canina

El análisis abarcó datos de más de 5.000 perros de 90 razas, incluyendo braquicéfalos (con hocico corto y cráneo ancho), mesocéfalos (con proporciones intermedias) y dolicocéfalos (hocico largo). Se evaluaron aspectos como calma, entrenabilidad, sociabilidad y valentía, además de comportamientos problemáticos como saltos sobre personas, tirar de la correa, reacciones exageradas ante visitas y resistencia al llamado.

También se recopilaron datos sobre variables físicas y de entorno, como peso, altura, si dormían en la cama con su dueño o cuánto tiempo permanecían en compañía. Los primeros resultados indicaron que los braquicéfalos mostraban menor entrenabilidad y respondían con mayor reactividad a las visitas, además de ser menos propensos a acudir al llamado en comparación con los hocicos largos.

## La influencia del tamaño y el ambiente en el comportamiento

Por otro lado, los perros con cráneos largos demostraron ser más calmos y valientes, en concordancia con otros estudios que asocian estas características con una mayor sensibilidad al miedo. Sin embargo, se planteó la duda de si la morfología facial era la causa principal o si otros factores, como el tamaño y el entorno, tenían un papel determinante.

Al ajustar los datos considerando variables como tamaño, ambiente y entrenamiento, las diferencias inicialmente atribuidas a la forma del hocico se redujeron significativamente. Por ejemplo, la menor entrenabilidad y mayor reactividad de los braquicéfalos desaparecieron al tener en cuenta que, en general, estos perros son más pequeños, reciben menos adiestramiento formal y se les trata con un mayor grado de permisividad.

## La importancia del entorno y el entrenamiento

Este análisis revela que la conducta canina no está determinada únicamente por la genética o la estructura facial. Factores como la educación, el trato y las experiencias de vida influyen de manera decisiva. La menor tendencia de los braquicéfalos a saltar o tirar de la correa, por ejemplo, puede explicarse por su menor peso y un trato más permisivo.

La investigación introduce el concepto de intercambio conductual, donde rasgos como la excitabilidad y la búsqueda de atención, asociados a su morfología y tamaño, pueden coexistir en un mismo animal, generando un perfil que combina momentos de calma con episodios de inquietud. Esto puede explicar en parte la popularidad y la percepción de estas razas, pese a los desafíos de salud que enfrentan.

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