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Fuerte sismo de 6.0 sacudió al Perú: epicentro fue en Áncash y se sintió en Lima

Escrito por radioondapopular
diciembre 27, 2025
Fuerte sismo de 6.0 sacudió al Perú: epicentro fue en Áncash y se sintió en Lima
El movimiento telúrico se originó a 67 kilómetros mar adentro, frente a la ciudad de Chimbote, en la provincia de Santa, región Áncash. Foto: composición Infobae Perú/EFE

Un sismo de magnitud 6.0 se registró la noche del sábado 27 de diciembre y fue percibido en Lima, de acuerdo con el reporte del Instituto Geofísico del Perú (IGP). El evento ocurrió a las 21:51:48 horas y tuvo una profundidad de 52 km, lo que favoreció que el movimiento telúrico se sintiera en diversas zonas de la capital, aunque con intensidad moderada.

Según el IGP, el epicentro se localizó en el mar, a 67 km al oeste de la ciudad de Chimbote, en la provincia de Santa, región Áncash, con una intensidad de nivel V en esa localidad. Hasta el momento no se han reportado daños materiales de consideración ni víctimas, pero las autoridades recordaron la importancia de mantener la calma y seguir los protocolos de seguridad ante este tipo de eventos.

Detalles del temblor con epicentro
Detalles del temblor con epicentro en Chimbote. Foto: IGP/X

Cuando un temblor comienza y estás vivenciando el movimiento del suelo, lo más importante es reaccionar rápido e inteligente para disminuir la probabilidad de lesiones. En cuanto sientas que la tierra se agita, agáchate y colócate sobre tus manos y rodillas para evitar caídas bruscas; esto te permite mantener equilibrio mientras el suelo está inestable.

Cúbrete la cabeza y el cuello con tus brazos y, si es posible, busca una mesa o escritorio sólido bajo el cual resguardarte, agarrándote de una pata firme hasta que termine el movimiento. Mantenerte alejado de ventanas, objetos colgantes, estanterías altas u otros muebles que puedan caer es fundamental, y permanecer en el interior es generalmente más seguro que intentar salir, pues muchas lesiones ocurren cuando la gente se desplaza durante el sismo.

Si te encuentras al aire libre, aléjate de edificaciones, postes, cables o árboles y agáchate en un espacio abierto hasta que cese la sacudida; si vas en un vehículo, detente con cuidado en un lugar seguro lejos de estructuras que puedan colapsar o cables eléctricos. Estas recomendaciones reflejan las guías de seguridad más actualizadas de organizaciones especializadas en desastres naturales.

Después de que la tierra deja de temblar, la situación puede seguir siendo peligrosa y exige prudencia. Es normal que ocurran réplicas, que son temblores secundarios que pueden sentirse minutos o incluso días después, por lo que debes estar preparado para volver a agacharte, cubrirte y protegerte si sientes más movimientos. Revisa con cuidado si tú o quienes te rodean tienen heridas y atiéndelas lo antes posible para evitar infecciones o complicaciones; si ves líneas de gas rotas u olfateas gas, corta el suministro desde la válvula principal y no enciendas fósforos, interruptores eléctricos ni aparatos hasta que se confirme que no hay fugas, pues puedes causar chispa y un incendio.

Es crucial mantenerte informado a través de las autoridades locales o medios oficiales para saber si hay riesgos secundarios como posibilidad de tsunamis si estás cerca del mar, cortes de agua o de energía, y seguir sus instrucciones. Mantente alejado de estructuras que hayan sufrido daños, cables eléctricos caídos o zonas inestables hasta que se evalúe su seguridad. Asimismo, cuida tu salud emocional y la de tu familia, porque el impacto de un sismo puede generar ansiedad y estrés incluso después de que pasa el temblor físico.

En el Perú se sienten tantos temblores porque el país está situado en una de las zonas geológicas más activas del planeta, conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde chocan grandes placas de la corteza terrestre. Frente a la costa peruana la placa oceánica de Nazca se hunde lentamente debajo de la placa continental Sudamericana, un proceso llamado subducción que genera una enorme fricción y acumulación de energía.

Cuando esa energía se libera de forma repentina, produce movimientos sísmicos tanto frente al mar como en las zonas interiores del territorio. Esta interacción constante de las placas explica por qué se registran sismos casi todos los días, con epicentros que pueden ocurrir en regiones costeras, andinas o incluso en la selva, y con variadas profundidades e intensidades.

Además, no solo la colisión de placas es responsable de los temblores en Perú, sino también las fallas activas dentro del continente que se deforman por el empuje continuo de la placa de Nazca hacia el este. Esta deformación puede liberar energía acumulada en distintos puntos del territorio, produciendo sismos incluso lejos de la costa principal de subducción.

La gran velocidad de convergencia entre las placas —de alrededor de 7-10 centímetros por año— contribuye a que la acumulación de tensión y la consecuente liberación mediante temblores sea frecuente. Por eso, a lo largo de la historia se han registrado grandes terremotos, como los intensos de 1687 y 1784, que marcaron la geología y la memoria histórica del país.

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