El huracán Melissa avanzaba el martes hacia Jamaica como una tormenta catastrófica de categoría 5. Se trata del sistema más potente que ha azotado la isla desde que se comenzaron a registrar datos hace 174 años. Paralelamente, las autoridades de Cuba evacuaban a más de 600.000 personas en preparación para el impacto de este potente fenómeno meteorológico.

Se anticipaba que la tormenta tocara tierra en las primeras horas del martes, atravesando diagonalmente la isla. Según los pronosticadores, ingresaría cerca de la parroquia de St. Elizabeth en el sur y saldría aproximadamente por la parroquia de St. Ann en el norte. Poco después, se esperaba que el huracán impactara también en Cuba.

Horas antes de la llegada de la tormenta, el gobierno de Jamaica afirmó que había realizado todos los preparativos posibles, aunque advirtió sobre daños catastróficos. El primer ministro, Andrew Holness, declaró: «No hay infraestructura en la región que pueda resistir un huracán de categoría cinco. La cuestión ahora es la velocidad de recuperación. Ese será el verdadero desafío».

Antes de la llegada de la tormenta, se reportaron deslizamientos de tierra, árboles caídos y numerosos cortes de energía eléctrica. Las autoridades advirtieron que la limpieza y la evaluación de daños serían procesos lentos y complicados.

Las autoridades alertaron sobre una peligrosa marejada ciclónica que podría alcanzar hasta 4 metros (13 pies) en el sur de Jamaica. El ministro de Salud, Christopher Tufton, informó que algunos pacientes en los hospitales de la costa fueron trasladados del primer piso al segundo, en previsión de la marejada.

Hasta el momento, el huracán Melissa ha provocado la muerte de siete personas en el Caribe: tres en Jamaica, tres en Haití y una en la República Dominicana. La situación sigue siendo crítica en varias regiones, con daños considerables y evacuaciones en curso.