Increíble historia en Córcega: Okupa denuncia a propietaria por ingresar a recoger fruta y termina expulsada por la policía

Una situación casi de película en la isla de Córcega

Una historia insólita ocurrió en la isla francesa de Córcega, donde una mujer ocupante ilegal llamó a la policía para denunciar que la hija de la propietaria había ingresado a la vivienda para recoger fruta. La intervención policial terminó con la expulsión de la joven de su propia casa, debido a que la ley local permitía a la okupa denunciar un presunto allanamiento de morada.

Este caso refleja las complicaciones legales que enfrentan los propietarios en Francia ante las ocupaciones ilegales, especialmente antes de la implementación de leyes específicas contra la okupación. La llamada de la ocupante y la acción policial dejaron en evidencia la vulnerabilidad de los dueños frente a estas situaciones, que en algunos casos pueden prolongarse por años.

El inicio de la ocupación y su larga disputa legal

La historia comenzó en 2017, cuando Valérie, la propietaria, decidió vender la vivienda. La mostró a una mujer de 40 años, quien posteriormente se convirtió en ocupante ilegal. La situación se complicó cuando Valérie, en un intento de mostrar la propiedad a un potencial comprador, descubrió que la puerta había sido cambiada y que la misma mujer que había visitado la casa para adquirirla, la había tomado sin autorización.

En ese momento, en Francia no existía una legislación específica contra la okupación, por lo que la propietaria tuvo que iniciar un proceso judicial que duró varios años. La sentencia de desalojo fue emitida en 2024, pero aún no se ha ejecutado plenamente, ya que la ocupante tiene hasta el 15 de septiembre para abandonar el inmueble.

Un episodio insólito: la policía y la recolección de fruta

Uno de los momentos más surrealistas ocurrió cuando Isabelle, hija de Valérie, intentó ingresar al jardín para recoger clementinas que su abuelo plantó en 1933. Según relató, la okupa llamó a las autoridades, quienes finalmente desalojaron a Isabelle del lugar.

«Intenté entrar para coger unas clementinas del árbol que mi abuelo plantó hace casi un siglo», explicó Isabelle, en una declaración recogida por HuffPost. La familia ha enfrentado más de ocho años de trámites y dificultades para recuperar su propiedad, y este episodio refleja la tensión constante que viven los propietarios en estos casos.

Este tipo de situaciones evidencian la necesidad de fortalecer las leyes y mecanismos que protejan a los propietarios frente a ocupaciones ilegales, que en muchos casos se prolongan por años y generan daños tanto materiales como emocionales.