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Infidelidad emocional o sexual: ¿Qué causa más dolor y qué diferencias existen?

Escrito por radioondapopular
agosto 6, 2025
Infidelidad emocional o sexual: ¿Qué causa más dolor y qué diferencias existen?

La infidelidad, un fenómeno complejo y multifacético, ha sido objeto de análisis en la psicología de las relaciones humanas debido a sus distintas manifestaciones y el impacto emocional que genera. Lejos de ser un acto unidimensional, la infidelidad puede adoptar diversas formas, incluyendo encuentros físicos, conversaciones íntimas, miradas significativas y vínculos emocionales que, aunque no involucren contacto corporal, rompen los acuerdos de exclusividad y confianza en una pareja.

Uno de los debates centrales en este campo es determinar qué causa más dolor: ¿la infidelidad emocional o la sexual? La respuesta no es universal, ya que las percepciones varían según factores como el género, el contexto cultural y las experiencias previas. Sin embargo, estudios señalan que la manera en que cada persona concibe el amor, el deseo y la fidelidad influye significativamente en su reacción ante estos actos de traición.

Por ejemplo, la psicóloga Shirley Glass, pionera en investigar este tema, sostiene que la infidelidad emocional puede ser incluso más dañina que la sexual. En su libro *Not Just Friends*, explica que muchas personas que son engañadas sin haber tenido un contacto sexual sienten un dolor profundo, ya que su pareja compartió aspectos de su mundo interior, considerados exclusivos. Para ella, el problema radica en la íntima conexión emocional que se establece fuera del vínculo oficial.

Por otro lado, estudios como el del psicólogo David Buss revelan que, desde una perspectiva evolutiva, los hombres suelen preocuparse más por la infidelidad sexual, ya que esta pone en duda su inversión reproductiva y su paternidad, mientras que las mujeres temen más la pérdida del compromiso emocional y el riesgo de que su pareja abandone la relación o la responsabilidad parental. Sin embargo, muchos expertos cuestionan estas interpretaciones biológicas, argumentando que las diferencias de género en estas percepciones están más influenciadas por construcciones sociales que por patrones evolutivos rígidos.

La era digital ha añadido una nueva dimensión a este fenómeno. Las plataformas de mensajería y redes sociales facilitan relaciones paralelas y contactos secretos, dando lugar a lo que se denomina microinfidelidad digital, que incluye acciones como borrar chats, dar likes excesivos o intercambiar fotos íntimas. La terapeuta Terri Orbuch advierte que en la actualidad, muchas amenazas a la estabilidad de una relación comienzan en el teléfono móvil, no en la cama.

Desde un punto de vista clínico, la percepción del daño varía según la naturaleza de la infidelidad. Algunos consideran que una aventura sexual aislada resulta más aceptable que una traición emocional profunda, que implica una conexión afectiva significativa. La doctora Susan Johnson, creadora de la Terapia de Enfoque Emocional, señala que lo que realmente lastima es la sensación de ser reemplazado y la pérdida de seguridad emocional, independientemente del acto en sí.

Las relaciones modernas, con sus propias reglas y acuerdos, reflejan la diversidad en las percepciones sobre la fidelidad. Algunas parejas establecen pactos estrictos de monogamia, mientras otras optan por relaciones abiertas. Sin embargo, la honestidad y la transparencia emocional siguen siendo fundamentales para mantener la confianza.

En conclusión, la infidelidad, en cualquiera de sus formas, genera heridas profundas, y su impacto depende en gran medida del significado que cada individuo atribuye a la exclusividad, el amor y la compromiso. La complejidad del fenómeno exige una comprensión amplia, que considere tanto aspectos biológicos como sociales y culturales, para abordar sus consecuencias y buscar caminos hacia la sanación y el entendimiento mutuo.

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