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¡Invasión cíclica en Columbia Británica! Millones de orugas de la polilla de la tienda occidental aparecen y desaparecen en un fenómeno natural que desafía el cambio climático y sorprende a científicos

Escrito por radioondapopular
agosto 31, 2025
¡Invasión cíclica en Columbia Británica! Millones de orugas de la polilla de la tienda occidental aparecen y desaparecen en un fenómeno natural que desafía el cambio climático y sorprende a científicos

El ciclo natural que transforma el paisaje de Columbia Británica cada década

En la región de Columbia Británica, un fenómeno natural recurrente en cada década vuelve a sorprender a residentes y científicos por igual. Millones de orugas de la polilla de la tienda occidental emergen en masa, cubren árboles y superficies con capullos de seda, para luego desaparecer de manera abrupta. Este ciclo, que ha sido objeto de estudio durante más de 50 años por la doctora Judith Myers, profesora emérita de la University of British Columbia, evidencia la resistencia de esta especie frente a cambios ambientales.

Estos brotes cíclicos han sido analizados minuciosamente, revelando las causas detrás de su aparición y desaparición. La investigación de Myers indica que, aunque el cambio climático ha alterado muchas dinámicas ecológicas, la polilla ha logrado mantenerse resistente a estos cambios, desafiando las previsiones sobre su vulnerabilidad ante las alteraciones del entorno. La capacidad de estas orugas para adaptarse y sobrevivir en condiciones variables sigue siendo un tema de interés para la comunidad científica.

Características de las orugas y su impacto en la región

Las larvas, fácilmente identificables por su aspecto peludo y su coloración naranja y negra, se distribuyen principalmente en la Isla de Vancouver y en las islas del sur del Golfo. Sin embargo, su rango también abarca desde Manitoba hasta California. Estas orugas se alimentan principalmente de hojas de aliso rojo y árboles frutales, causando en ocasiones daños a la agricultura local.

El ciclo vital comienza en abril con la eclosión de los huevos. Las orugas jóvenes construyen tiendas de seda que les brindan protección y calor. En junio, abandonan estas estructuras para pupar, formando densas concentraciones sobre vallas, paredes y viviendas, lo cual resulta poco agradable para muchos habitantes de la zona. La presencia masiva de estas larvas puede afectar la producción agrícola, especialmente en años de alta densidad poblacional.

Consecuencias y respuestas de la comunidad

Más allá de su impacto visual, estos brotes pueden tener efectos económicos y sociales significativos. En 2012, en Salt Spring Island, la severidad de la infestación llevó a la cancelación del festival de la manzana, afectando la economía local y la actividad turística. Además, se reportaron casos de ingestión accidental de larvas que derivaron en graves problemas de salud en animales, como un caballo, lo que evidencia el riesgo para la fauna y la agricultura.

Las investigaciones de Myers también han profundizado en los mecanismos naturales que controlan estas poblaciones. Un virus específico, que actúa como regulador natural, provoca caídas abruptas en las cifras de orugas cuando su densidad aumenta. La colaboración con la profesora Jenny Cory, de la Simon Fraser University, ha sido clave para entender este proceso. Myers afirma que “el virus que infecta a estas larvas es responsable de las caídas cíclicas en su número”, funcionando como un freno natural a su proliferación.

Capacidad de adaptación y resistencia de las especies

A pesar de la amenaza del cambio climático, los estudios realizados en la University of British Columbia no han detectado alteraciones relevantes en el ciclo de vida de estas orugas en los últimos 50 años. Myers explica que estos insectos aprovechan distintas estrategias para sobrevivir: “Utilizan el sol para calentarse en días fríos y se refugian bajo sus tiendas de seda cuando las temperaturas suben”. Esta flexibilidad les permite mantener su ciclo natural, incluso en condiciones ambientales variables.

En resumen, el ciclo de las orugas en Columbia Británica refleja una delicada interacción entre la naturaleza y los factores ambientales. La investigación de largo plazo ha permitido entender mejor cómo estas especies logran adaptarse y resistir, ofreciendo una visión esperanzadora sobre su resiliencia en medio de un clima cambiante.

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